Niegan la dependencia a un joven lucense que lleva 22 años inválido

Xosé Carreira LUGO / LA VOZ

LUGO

La madre asegura que le ofrecen un centro de día de la tercera edad

15 dic 2011 . Actualizado a las 10:40 h.

«Llevo 20 años de esclavitud y ya no puedo más. Es inhumano lo que me está ocurriendo». Así se expresó ayer la médico lucense Lina Álvarez que, en los últimos años, ha desplegado una gran campaña de presión para dar cuenta de la situación en la que se encuentra su hijo de 22 años que está inválido desde que nació debido a un fallo médico. La situación de esta mujer se agravó porque, según denunció, le denegaron la aplicación de la Ley de Dependencia.

Esta profesional, que tiene el sueldo embargado desde hace muchos años como consecuencia de una decisión judicial motivada por un litigio mantenido con una aseguradora, considera que su hijo y ella reúnen todos los requisitos habidos y por haber para tener derecho a una asignación económica mensual. «Sin embargo, lo único que me ofrecen es la posibilidad de llevar a mi hijo a un centro de día para la tercera edad. ¿Qué hace mi hijo en un sitio de estas características con 22 años?», planteó ayer.

Lina Álvarez explicó que tiene recurrida la decisión de la Xunta. Actualmente el hijo de esta mujer está siendo atendido en casa, sin apoyo oficial de ningún tipo. Es en el domicilio, según su madre, donde le proporcionan clases y también fisioterapia.

«Lo que necesitamos es una ayuda económica para poder pagar a una persona que atienda a mi hijo para que yo pueda respirar. Llevo 22 años sin poder salir de casa, nada más que al trabajo», expresó esta facultativa a la que en su momento le prohibieron ejercer su profesión en la provincia de Lugo después de haber denunciado al médico que cree que le causó los problemas a su hijo cuando le practicó a ella una amniocentesis.

El joven es dependiente al cien por cien. «Hay que lavarlo, vestirlo, ducharlo, darle de comer», señaló su madre.

Lina reclama ser atendida porque no duda de que su hijo debe recbir ayudas. Recordó que hace cuatro o cinco años le reconocieron la minusvalía que cifraron en un 87%. «Precisa un cuidador con él las 24 horas del día», significó.

La situación le desborda. «No sé lo que es salir a cenar fuera ni una noche. Ya no puedo seguir así. Esto es una auténtica crueldad. Con el sueldo embargado no sé como voy a sacar adelante a mi hijo. Cumplimos todos los requisitos para optar a las aportaciones de la Ley de Dependencia y no voy a renunciar a la misma así como así», expresó ayer