Amarante, a punto para otra etapa

Benigno Lázare

LUGO

La Fortaleza de Antas de Ulla y el resto de las edificaciones que integran el conjunto están siendo restauradas para dedicarlas a actividades relacionadas con la hostelería

10 feb 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

La fortaleza de Amarante, en Antas de Ulla, está en fase de restauración y su aspecto exterior ya cambió radicalmente con respecto a la situación de abandono en la que permaneció durante muchas décadas. Tras ser comprada hace algunos años por una persona vinculada a la familia de la condesa de Fenosa, responsables municipales y vecinos señalaron que, según algunas conversaciones que trascendieron, la dueña tiene previsto dedicarla a actividades relacionadas con la hostelería o el turismo. En concreto, señalaron que podría ser destinada a la celebración de banquetes y otros actos sociales.

Desde el exterior los mayores cambios se notan en las construcciones aledañas y en la edificación cuadrada anexa a la estructura ovalada que constituyó la originaria fortaleza. Esta última se mantiene igual, si bien con las paredes limpias y sin la vegetación que asomaba por la parte superior.

Salvo alguna puerta y elementos metálicos, en las obras de restauración exteriores fueron utilizados teja del país, maderas de castaño y otros materiales nobles en sintonía con el entorno. Pero también también tiene grandes cristaleras y alguna zona que fue reconstruida con un aspecto moderno.

La fortaleza lleva dos años en obras, aunque desde las pasadas navidades están paradas, según confirmaron vecinos del lugar. En la fachada oeste, en la entrada a Amarante, fue construido un gran aparcamiento, al pie del monumento, con firme de asfalto, que contrasta con el suelo de piedra del conjunto. Además del originario cuerpo central ovalado, que está asentado sobre una pequeña colina y es macizo, el conjunto lo integran también el edificio principal de planta cuadrangular y un patio de armas rodeado por construcciones de servicios, que ahora fueron acondicionadas para salas y para servicios complementarios, y una capilla.

El conjunto tiene dos puertas de acceso, la principal, que da a una estrecha calle del núcleo de Amarante, y una lateral por el oeste, a la que se accede a través de una explanada verde.