La Borriquita abrió la celebración de la Semana Santa en la provincia

M. Garcia / B. Lázare

LUGO

El buen tiempo animó a los lucenses a seguir con interés las procesiones del Domingo de Ramos

17 mar 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

La Semana Santa echó a andar en la provincia de Lugo con la mejor de las compañías, el buen tiempo que acompañó durante toda la jornada y que volvió a poner en evidencia que las predicciones meteorológicas pueden equivocarse. Así, miles de personas siguieron con interés, palmas y ramas de olivo, las procesiones del Domingo de Ramos que salieron a la calle a lo largo y ancho del territorio lucense, en algunos casos, como en Burela, como representación viviente.

Viveiro, cuya Semana Santa acumula siglos de tradición y está declarada de Interés Turístico Nacional desde el año 1988, revalidó ayer su poder de convocatoria con estas celebraciones. Cientos de personas de todas las edades siguieron el paso de La Borriquita por la mañana, desquitándose así de la lluvia que empañó el desfile el año anterior. Sin embargo, el plato fuerte de la jornada fue la salida de la procesión del Ecce Homo de los Franceses a última hora de la tarde, con cuatro pasos del siglo XV, y que consiguió abarrotar las calles y plazas.

Devoción y leyenda

Organizada por las Juventudes Franciscanas, esta procesión combina devoción, arte y leyenda. El Ecce Homo que da nombre a la procesión se conoce como «el francés» porque se le vincula al «milagro» de librar a los viveirenses atrincherados en la iglesia de San Francisco del acoso de las tropas galas en el siglo XIX. Restaurado el pasado año, y propiedad de la Venerable Orden Tercera, junto a el hicieron el recorrido tradicional «dentro de murallas», por las estrechas calles de la ciudad del Landro los pasos de La Coronación de espinas, popularmente conocido como «O sentado»; el Cristo de la Veracruz y la Virgen de la Soledad. Después estaba previsto en la iglesia de San Francisco el concierto de música sacra del coro de cámara Campus Stellae.

En Mondoñedo también salió la procesión del Ecce Homo, con una talla del siglo XIX, acompañado del paso de la Dolorosa, datado en el siglo XVIII. Después estaba previsto la lectura del pregón, a cargo de Ramón Pérez Díaz.

En la capital lucense ayer se celebraron las dos primeras procesiones, tras el vía crucis del viernes por el adarve de la Muralla. La primera fue la de La Borriquita, que es una de las más populares de las que se celebran esta semana en la ciudad. Previamente tuvo lugar la misa en la catedral y la bendición de los ramos, que constituyeron el primer acto masivo al que asistió el obispo, Alfonso Carrasco, tras hacerse cargo de la diócesis. El desfile de los niños ataviados de soldados de la época y el paso de La Borriquita fueron seguidos por unas 2.000 personas, que participaron en el desfile por las calles del centro o lo presenciaron desde el fondo de la Praza Maior, fundamentalmente.

Por la tarde, a las ocho y media, salió del Convento de los Franciscanos la segunda del día, la de la Virgen de los Dolores, cuya imagen fue adquirida hace ahora medio siglo por la Cofradía del Desenclavo. En este caso el paso fue llevado a hombros por 40 cofrades, en una espectacular anda.