El agua de O Incio sigue manando

carlos rueda, francisco albo MONFORTE / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

El célebre manantial continúa abierto aunque lo visita muy poca gente

23 sep 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Son casi cincuenta años los que María Aurora Vide lleva acogiendo a los visitantes del antiguo balneario de O Incio. El hotel está cerrado desde hace mucho tiempo, pero sigue abierto el manantial de agua ferruginosa situado a 1,5 kilómetros del pueblo de A Ferrería, aunque ahora apenas viene gente. En lo que va de año, Aurora dice haber atendido solo a unas quince personas.

La encargada recuerda con nostalgia los tiempos en que el balneario y el hotel funcionaban a pleno rendimiento y se despachaban cada año mil papeletas o pases. Eran como una autorización o receta que expedía el médico del hotel para los pacientes cuyas dolencias eran tratadas con estas aguas. «Daquela non se podía dar as augas á xente sen o seu consentimento», aclara Aurora. «Dáme moita pena que estea un pouco abandonado, isto tiña que a funcionar doutro xeito e o malo é que apenas hai xente que se preocupe de investigar a fondo as propiedades destas augas», añade.

Durante todo el año

No obstante, María Aurora sigue atendiendo con regularidad a los escasos visitantes del manantial, que ahora es propiedad de una empresa radicada en Vigo. Del 1 de julio al 20 de septiembre, abre de 8 a 9.30 y de 12.15 a 1.15 por los mañanas y de 16 a 20 por las tardes. Pero también se puede visitar el lugar el resto del año. «Se se estou pola Ferrería podo vir á hora que faga falta de xeito desinteresado, -señala la encargada-, só hai que preguntar pola señora que dá as augas».

Durante estos años Aurora ha tenido muchas vivencias y sobre todo, según explica, grandes satisfacciones al ver cómo algunos pacientes que acudían al balneario casi como último recurso se iban prácticamente curados. A este respecto, recuerda un caso que le llamó especialmente la atención. Un vecino de A Coruña tenía una úlcera sangrante y su médico de cabecera le dio tres meses de vida, incluso le prohibió tomar las aguas de este balneario y le dijo que de hacerlo sería bajo su responsabilidad. Entonces tenía el paciente 43 años y hoy va para los 99.

En este medio siglo, Aurora también ha visto cómo muchas personas que sufrían serias depresiones podían dejar la medicación. En la actualidad hay una que lleva cuatro meses tomando las aguas por prescripción médica. «Vela como estaba cando chegou e vela hoxe parece un milagre», afirma.