El roble gallego supera un primer test para su uso en vinos de crianza

Luis Díaz
Luis Díaz MONFORTE/LA VOZ.

LUGO CIUDAD

19 sep 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

El proyecto de investigación del potencial del roble gallego para la crianza de vinos, en el que colaboran las universidades de Santiago y de Castilla-La Mancha, podría suponer un importante espaldarazo para el aprovechamiento de esta madera en la elaboración de barricas. «La textura y la porosidad del roble gallego son óptimas. Desde el año 1990 estamos investigando sus propiedades físicas y mecánicas y nada indica que esta madera se vaya a comportar mal en vinificación. Todo lo contrario, los resultados están por encima de lo esperado. Mi opinión es que se comporta mejor que el roble americano. Respecto al francés, habrá que investigar aún algo más», dice Ignacio Díaz-Maroto, profesor de la Escuela Politécnica Superior de Lugo y coordinador de este proyecto, que financia la Comisión Interministerial de Ciencia y Tecnología.

El proyecto conjunto arrancó este año y sus conclusiones deberán estar listas en el horizonte de 2012. La Politécnica de Lugo se encargó en una primera fase de evaluar la idoneidad de la madera de roble gallego para su uso en vinificación, mientras que el departamento de Química Analítica y Tecnología de los Alimentos de la Universidad de Castilla-la Mancha valorará a partir de ahora el comportamiento del vino en barrica y a partir de su embotellado. Para ello, se ha llegado a un acuerdo de colaboración con el centro experimental del consejo regulador de Valdeorras y con la bodega Algueira, en Ribeira Sacra, donde se han instalado cubas de carballo en las que se están afinando tintos de mencía de la cosecha de 2009, que serán sometidos a diversas catas para sacar conclusiones acerca del potencial de esta madera.

Dimensiones adecuadas

«Como grupo de investigación en Lugo llevamos trabajando desde los años noventa con roble gallego en temas de ecología, cubicación de masas forestales o uso de la madera. Nos faltaba por ver este tipo de utilidades. Sabemos por escrito que no hace tanto tiempo había barricas con madera de roble o de castaño gallego, que se han retirado y fueron sustituidas por otras de roble francés o americano», explica Díaz-Maroto. «Lo poco que se utiliza el carballo es para leña, no tiene ningún uso noble porque no hay árboles con las dimensiones adecuadas para otros aprovechamientos. Pero hay un mercado intermedio entre leña y chapa que sería el de las barricas», apunta el coordinador de la investigación.

Los ejemplares de roble deben alcanzar un diámetro mínimo de cuarenta centímetros para poder ser destinados a duelas de barricas para vinificación. «Un árbol con esas dimensiones tiene suficiente cerne, la parte del centro, que es la buena para las duelas con las que se forman las barricas», detalla Maroto. El carballo, según su experiencia, crece muy lento, entre 1,5 y dos milímetros por año, pero los anillos de crecimiento denotan una madera de calidad excepcional, con muchos taninos, que son uno de los elementos que aporta al vino la crianza en barrica.

En la elaboración de las barricas se han tenido muy en cuenta el tipo de variedades gallegas y por eso se han buscado tostados de madera ligeros, a juicio de Díaz Maroto, «ideales para los vinos de aquí y sobre todo para la variedad mencía, que no es lo mismo que un rioja». La confección de las cubas requiere que las duelas de madera sean calentadas en su parte interior para poder doblarlas y proceder a su anillado. El tipo de tostado del recipiente incide sobremanera en el perfil del vino que se somete a un proceso de crianza en madera. «Hemos buscado un tostado que no marque demasiado al vino, sin combustión, en el que solo el humo toca las paredes interiores de la barrica», detalla el profesor de la Politécnica de Lugo.

Díaz-Maroto considera que sería de gran interés extender la investigación a la madera de castaño, que hasta no hace mucho se utilizaba para la fermentación de los vinos y su posterior depósito. De momento, busca información para recuperar la técnica de confección de las barricas de castiñeiro. «Como se perdió la tradición, no hemos encontrado a nadie que sepa despiezar el castaño. El corte de este árbol no es el mismo que para la duela de carballo», explica.