Licín, una tierra cargada de historia

C. Rueda / F. Albo

CHANTADA

Un sencillo recorrido por los alrededores de la capital del O Saviñao permite conocer elpatrimonio de una parroquia que guarda valiosos testimonios del pasado

02 abr 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

La parroquia de Licín, en el municipio de O Saviñao, posee un rico patrimonio monumental y arqueológico que abarca desde la época castreña hasta la Edad Moderna y que puede visitarse en un sencillo recorrido.

El itinerario comienza en la iglesia parroquial de Santalla de Licín, a solo 300 metros del núcleo urbano de Escairón, la capital municipal. El edificio actual data del siglo XVII, pero conserva vestigios de épocas anteriores. Destaca un relieve de mármol embutido en el muro exterior del ábside, decorado con la figura de una jarra y motivos vegetales, que el arqueólogo Ramón Yzquierdo Perrín considera de origen romano. Sobre el muro del recinto de la iglesia se ve un peto de ánimas -uno de los pocos del sur lucense con las figuras de las almas en el Purgatorio- que procede del lugar de A Páxara.

La ruta sigue por una pista asfaltada de 400 metros que empata con la carretera que va de Escairón a Ferreira de Pantón. Aquí hay que girar a la izquierda y algo más adelante, a la altura de A Páxara, tomar un desvío a la izquierda hacia Licín de Abaixo, situado a 700 metros. A la entrada de la aldea destaca un gran nogal que fue incluido en el Catálogo de Árbores Senlleiras de Galicia. Se dice que fue plantado hace más de cinco siglos por los dueños de la Casa Grande de Licín. Por este lugar pasaba el camino real de Monforte a Chantada, del que se conservan tramos que hacen de lindes de algunas fincas. A corta distancia está Licín de Arriba, donde se halla la citada casa grande. Posee un recinto amurallado con un soberbio portón y conserva elementos interesantes en los muros de la vivienda, con arcos de sillería y columnas con basas y capiteles.

La próxima visita será el pazo de Casadonas. Para llegar a él hay que volver a la carretera de Ferreira y caminar por ella unos setecientos metros hasta la entrada de una pista, a mano izquierda, que da acceso al pazo -a unos doscientos metros- a través de una centenaria carballeira. El edificio, en forma de ele, tiene dos patios interiores, una escalinata de piedra y un corredor con esbeltas columnas. Ahora hay que volver al desvío y continuar por el asfalto, en dirección a Ferreira, durante 300 metros. Después hay que torcer de nuevo a la izquierda para ir hacia A Ermida, a unos 200 metros. Según ciertos documentos, en 1335 se construyó en este lugar una iglesia de la que sólo queda en pie el muro central del recinto y los restos de un antiguo cementerio, con sepulturas antropomorfas excavadas en el suelo de granito.

Torre desaparecida

El camino real aparece de nuevo en este tramo, compartiendo el trazado de la carretera que une los distintos núcleos de la zona. La próxima parada está en O Pacio, a 300 metros de A Ermida. O Pacio conserva en buen estado una parte de una vieja casa fuerte, de la que se aprecian varios sillares de granito en su entrada principal y una rústica puerta que daba acceso a una capilla ubicada dentro la vivienda. A corta distancia está el castro de A Pousada. Según la tradición local, en su cima estuvo la torre de Licín, de la que no quedan restos. La ruta acaba en A Pousada, a 250 metros de O Pacio. El topónimo indica que fue un lugar de parada en el camino real, ya que está a igual distancia entre Chantada y Monforte.