Construcciones relacionadas con la producción de miel y con la vieja minería del hierro

La Voz

BARRO

27 feb 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

La ruta de Domiz a Loureiro destaca especialmente por su abundancia en arquitectura tradicional. La aldea en la que empieza el recorrido posee interesantes ejemplares de construcciones típicas. Por lo que respecta a las alvarizas, son todas de planta circular, con fuertes muros de pizarra de entre dos y tres metros de altura y provistos de una consistente puerta de entrada. El recinto amurallado de la alvariza tiene la función de proteger las colmenas contra las inclemencias del tiempo y fundamentalmente contra los animales, como el oso que en otros tiempos campaba con frecuencia por la zona. Se encuentran en laderas soleadas orientadas al naciente, sobre todo en terrenos de fuerte pendiente. Siempre cuentan con agua en sus proximidades, bien de un arroyo o de un manantial, y con una abundante vegetación melífera en la que las abejas puedan abastecerse de néctar y polen. Una vez limpia de impurezas, la miel producida en estos colmenares se guardaba tradicionalmente en recipientes especiales de barro para consumo propio o para su venta. La cera se aprovechaba para elaborar velas y se vendía en las ferias o a los cereros ambulantes.

Ferrería

En cuanto a la ferrería de Loureiro, ya existía en 1752, según los datos del catastro de la Ensenada. Entonces era su propietario Francisco Valcarce, vecino de Monforte, y fundía al año 550 quintales de hierro. El mineral procedía en su mayor parte de las minas de A Veneira de Roques. Dejó de fundir a finales del siglo XIX y siguió como fragua durante varios años más. El edificio de la ferrería ha desaparecido, pero en el lugar se conservan las ruinas de una vivienda y una capilla.