Patrocinado porPatrocinado por

Artesanos de Parada

C. Rueda / F. Albo

AGRICULTURA

Una aldea de Brollón conserva recuerdos de la época en la que el medio rural se autoabastecía de casi todo

25 ene 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

En la casa de Luis Quiroga, en Parada de Montes -A Pobra do Brollón- se conservan curiosos testimonios de los tiempos aún recientes en los que las aldeas se abastecían a si mismas de muebles, utensilios domésticos e incluso de energía eléctrica. En la vivienda todavía puede verse el taller de carpintería en el que trabajó durante toda su vida el padre de Luis, Baldomero Quiroga, fallecido hace ya cincuenta años, quien compaginaba este oficio con el de herrero.

El taller de carpintería, que se conserva íntegramente, sirvió para fabricar todo tipo de muebles y diversos utensilios de cocina. En la fragua, Baldomero Quiroga elaboraba y reparaba herramientas y aperos de labranza para los vecinos de la zona. Hachas, azadas, hoces, arados eran los instrumentos más demandados en los tiempos del autoconsumo. Uno de las piezas más llamativas que elaboró en su taller fue una «máquina de facer sopa», como la denominaban en la aldea. Este curioso artilugio, hecho de madera de nogal, servía en realidad para hacer fideos.

Por otra parte, la familia Quiroga fue también propietaria de una pequeña central eléctrica ubicada a orillas del río Loureiro. Gracias a esta instalación -que fue atendida por Luis hasta hace unos decenios- Parada de Montes fue una de las primeras localidades de la zona que dispusieron de luz eléctrica. El generador fue comprado en Bilbao y pesaba unos 170 kilos. El dueño de la central se encargó personalmente de bajarlo a hombros por un angosto camino. La pesada carga fue llevada de esta manera a lo largo de los cerca de cuatrocientos metros que separan la aldea de la orilla del río. El mecanismo se encendía y se apagaba desde la fragua gracias a un sistema mecánico que consistía en un volante y un cable de 350 metros de longitud que accionaba un interruptor acoplado al generador. La central funcionaba durante todo el año de forma ininterrumpida.