La construcción del Centro de Interpretación do Viño da Ribeira Sacra se ha convertido en una especie de historia interminable que ha ido desbaratando los sucesivos anuncios de plazos sobre la terminación de las obras. La realidad también ha desbordado las previsiones económicas iniciales, obligando al Ayuntamiento a ampliar el presupuesto en 150.000 euros. El presidente y varios vocales del consejo regulador visitaron el pasado miércoles el museo del antiguo consistorio, futura sede de la denominación de origen, para interesarse por la situación de los trabajos, que se iniciaron en noviembre del 2001.
Debido a las obras que se llevan a cabo en la escuela de capacitación agraria, el consejo regulador lleva meses sin sala de catas y debe recurrir a un local cedido por Expolemos para poder realizarlas y certificar así los vinos que aspiran a llevar su contraetiqueta. El mal estado de la cubierta y las limitaciones de espacio de la torre de la Cárcel Vieja, donde se ubican las oficinas de la denominación desde su puesta en marcha, explican el interés del consejo por proceder cuanto antes al traslado.
Por el momento, el Ayuntamiento autorizó un ampliación de 150.000 euros en la inversión prevista para las obras del Centro de Interpretación do Viño da Ribeira Sacra, cuyo presupuesto quedará fijado finalmente en algo más de 555.000 euros. El incremento de fondos se debe a que la carestía de los materiales es mayor de lo que se preveía inicialmente, según explica el alcalde, Severino Rodríguez, que confía en la terminación de las reformas para el próximo verano.
El proyecto tiene pendiente el acabado de los suelos y diversos trabajos de carpintería, así como la instalación del mobiliario y el acondicionamiento de las salas destinadas a museo. El acristalamiento lateral del patio del antiguo consistorio, que se iba a incluir en la actuación, podría quedar definitivamente descartado, de acuerdo con la información facilitada por el alcalde.
Severino Rodríguez indicó que en breve saldrán las bases para la adjudicación del servicio de bar y aclaró que será el personal que contrate el Ayuntamiento para atender el museo el que se encargue de la tienda de productos típicos que funcionará en la planta baja del edificio.
Para el presidente del consejo regulador, José Manuel Rodríguez, la terminación de los trabajos el próximo verano, tal y como aventura el alcalde, sería perfectamente factible.