La historia del pistolero que murió más de cien veces

Gadea G.Ubierna

LEMOS

19 sep 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

El libro Frank Braña, morir con dignidad en el cine , presentado ayer, cuenta en 451 páginas cómo es posible morir más de cien veces; participar en, al menos, 160 películas; y seguir con ganas de trabajar después de 48 años de trabajo a las espaldas. Esa es la historia de su único protagonista, el actor asturiano pero criado en A Fonsagrada homenajeado en la Semana de Cine, Frank Braña.

Braña tiene 73 años y ha participado activamente en la elaboración del libro, según explicó ayer su autor y también organizador de la Semana Internacional de Cine, Manuel Curiel. «Lo escribimos prácticamente entero en su casa, en Collado de Villalba (Madrid)», dijo Curiel, que pudo campar a sus anchas durante cuatro meses en la casa del actor (un bajo decorado como un barco), para documentarse y rebuscar entre todos sus recuerdos la cantidad de anécdotas que luego transcribió al libro. «Paco es tan caótico como su casa. Entre enero y mayo de 2007 tuve que buscar y buscar para dar con contratos, fotos, carteles...», cuenta Curiel.

Ambos se conocen desde hace muchos años, y aunque Curiel tenía en mente la escritura de este libro desde hacía tiempo, siempre se encontraba con la misma respuesta de Braña: «Déjate de libros y vámonos de copas», dice riendo el autor y también organizador de la Semana Internacional de Cine, que este año va por la vigésimo novena edición.

En la primera tirada de Frank Braña, morir con dignidad en el cine se han editado 1.500 ejemplares, que se repartirán por todas las instituciones implicadas: Xunta de Galicia, Xacobeo, Concello, Diputación Provincial de Lugo, Fundación Caixa Galicia, Servicio Galego de Igualdade y, claro está, la asociación cinematográfica organizadora, Fonmiñá.

Todas ellas repartirán ejemplares gratuitos del libro en el que se explica cómo un hijo de Guardia Civil, también aspirante a entrar en el cuerpo, acaba siendo pistolero especializado en papeles secundarios de producciones nacionales e internacionales, algunas tan rimbombantes como La muerte tenía un precio o El bueno, el feo y el malo .

Curiel escribe que es muy difícil determinar en cuántas películas ha trabajado porque muchas veces su aparición no contabilizaba en los créditos o está tan caracterizado que no se le distingue. El actor recuerda más de 160 títulos y, aunque poco, sigue trabajando. «Si le llaman para algún papelillo va», dice Curiel. De hecho, Braña tiene tres cortometrajes pendientes de estreno: uno rodado en Almería y otros dos en Ponferrada.