Fallece en Francia el padre de David Cameron

Lourdes Gómez / Colpisa

GENTE

El primer ministro británico llegó a tiempo de despedirse de su «gran héroe», como describió a su progenitor durante la campaña electoral.

09 sep 2010 . Actualizado a las 01:55 h.

El primer ministro británico, David Cameron, sufrió ayer un vuelco emocional al perder a su padre pocas horas después de reincorporarse a las tareas de Gobierno tras el nacimiento de su hija, Florence. Ian Cameron murió con 77 años en un hospital de Tolón, en el sur de Francia, a consecuencia de un ataque de apoplejía y complicaciones de corazón. El líder conservador llegó a tiempo de despedirse de su «gran héroe», según describió a su progenitor durante la campaña electoral que le llevó a Downing Street, el pasado mayo.

Cameron canceló los compromisos de la jornada, incluida su primera intervención en los Comunes del curso parlamentario, cuando su madre le informó por teléfono hacia las 7 de la mañana del derrame sufrido por su padre. El primer ministro se embarcó en un vuelo de Londres a Tolón y desde el mismo aeropuerto se traslado al hospital en un helicóptero puesto a su disposición por el presidente francés, Nicolas Sarkozy. Downing Street confirmó el fallecimiento horas después.

Cameron siempre ha valorado muy positivamente la «valentía y optimismo» de su padre, un profesional de las finanzas que vivió décadas condenado a una silla de ruedas. De cuna escocesa, Ian Cameron nació con malformaciones en las piernas y se sometió a continuas intervenciones quirúrgicas. Con el tiempo le amputaron ambos extremidades y perdió la vista de un ojo. «Mi padre nunca se ha considerado un discapacitado. Papá es muy fuerte, aunque ahora sólo tiene un ojo y no tiene piernas», confesó a su biógrafo Dylan Thomas en 2008.

La tragedia retorna una vez más al hogar de los Cameron. En febrero de 2009, el entonces líder de la oposición y su mujer Samantha vieron morir a su hijo mayor, Ivan. Tenía ocho años y padecía una aguda discapacidad agravada por ataques de epilepsia.

Ahora pierden al decano de la familia a los quince días del nacimiento de pequeña Florence.