Mil gallegos menos cada mes

Mario Beramendi Álvarez
mario beramendi SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Entre enero y marzo murieron el la comunidad 3.000 personas más de las que nacieron.

28 dic 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

La demografía gallega dibuja ya la silueta de una pirámide invertida, cada vez más ancha por arriba y más estrecha por la base. Una deformidad que aboca a Galicia a un grave desequilibrio social y que hipoteca sus perspectivas de futuro. Los últimos datos hechos públicos por el Instituto Galego de Estadística (IGE) que miden el crecimiento vegetativo, es decir, el saldo entre nacimientos y defunciones, trazan un horizonte demográfico desalentador. Entre enero y marzo de este año vinieron al mundo en Galicia 5.141 personas y fallecieron 8.138, un balance de 2.997 ciudadanos menos, lo que equivale a un saldo negativo medio de 1.000 habitantes por mes.

Una sangría que se produce en un contexto en que la crisis económica empuja a los jóvenes a irse y en el que la falta de actividad impide atraer mano de obra extranjera, el segmento de población que más había empujado la natalidad durante los últimos años. Los datos del IGE evidencian cómo contribuyen al drama demográfico gallego las provincias de Lugo y de Ourense, cada vez más envejecidas y deshabitadas, y donde el medio rural se muestra incapaz de generar actividades capaces de fijar población. Entre enero y marzo de este año, Lugo y Ourense apenas aportaron 1.034 nacimientos, el 20 % del total registrado en Galicia. Una proporción que cambian en el caso de las defunciones, donde acaparan el 31 %. Con todo, la realidad demográfica muestra que cada vez quedan menos mayores en el interior y hay más en la franja atlántica, donde se produce la mayor demanda de servicios sociales. Hace ahora 10 años, Fraga impulsó un plan para la revitalización demográfica que se quedó en el limbo. La comisión creada este año en el Parlamento para el mismo fin ha servido para que desfilasen expertos, pero el más grave problema estructural al que se enfrenta la comunidad no ha alumbrado todavía un gran pacto que se traduzca en medidas. En los diez próximos años, el IGE calcula que Galicia perderá 90.000 habitantes. En el 2.051, según las proyecciones demográficas, la cifra subirá hasta el millón, el 37 % de la población actual, lo que dejaría a Galicia como un territorio marginal por su peso en el Estado.

En esta autonomía ya hay 142 ayuntamientos, el 45,5 % del total, en los que la población mayor de 65 años triplica a la menor de 20, lo que coloca a Galicia como uno de los territorios más envejecidos de la UE. Los últimos datos de Eurostat muestran que Galicia está entre las tres regiones europeas con una tasa de fecundidad más baja, junto a Asturias y Cerdeña.

El número medio de hijos por mujer en edad fértil apenas llega a 1,12, muy por debajo del nivel que alcanzan otras regiones de Francia, Italia o Portugal que disponen de una renta per cápita inferior a la gallega. Una realidad que avala la tesis de que la baja natalidad no solo se explica por motivos económicos.