El juez no lo pudo condenar porque entre la Guardia Civil y los técnicos que analizaron la droga echaron por tierra las pruebas.
04 nov 2011 . Actualizado a las 06:00 h.El hombre, natural de Ourense y vecino de A Coruña, llegó al aeropuerto de Barajas el 7 de octubre del año pasado con una mochila en la que en su interior había, según la Guardia Civil, 9 kilos de cocaína. Al ser detenido reconoció que «algo traía». Pues a pesar de todo, fue absuelto en un juicio celebrado el mes pasado. El juez no lo pudo condenar porque entre la Guardia Civil y los técnicos que analizaron la droga echaron por tierra las pruebas. Unos, porque no siguieron el protocolo de custodia, y otros, porque no llegaron ni a pesarla, se limitaron a insistir en que se trataba de cocaína. Por ello, el procesado, defendido por el letrado coruñés Jesús Lamelas, fue librado de toda culpa.
El ahora absuelto llegó a Barajas sobre las ocho de la tarde de aquel 7 de octubre del 2010 procedente de Lima (Perú). Los agentes de la Guardia Civil que vigilan el aeropuerto le pidieron que les mostrase la mochila que llevaba. De ahí sacaron un saco de dormir y una tienda de campaña. los agentes sospecharon y le hicieron una pequeña incisión tanto al saco como a la tienda, descubriendo que en su interior había un polvo blanco. Le pusieron el correspondiente líquido reactivo para comprobar si se trataba de droga y así fue. Lo pesaron todo y arrojó un resultado de nueve kilos.
La Guardia Civil, que según la sentencia desmontó la tienda sin que su dueño estuviese presente, cogió la droga y la metió en la caja fuerte de la unidad. No la enviaron a la Inspección de Farmacia hasta mes y medio después. Una vez que los peritos se pusieron manos a la obra se limitaron a acreditar que la cocaína tenía una pureza del 57 %. ¿Pero cuánta cantidad? Eso no aparece por ningún lado en el informe. Y como no aparece, al procesado no se le puede condenar.