Entrega en la policía un sobre con 6.000 euros que encontró en la calle
A CORUÑA CIUDAD
Una coruñesa ni siquiera se lo pensó. Cogió el dinero y se dirigió a comisaría
05 oct 2011 . Actualizado a las 21:50 h.¿Si usted encuentra tirado en la calle un sobre con 6.000 euros lo devolvería? Hay una coruñesa que ni siquiera se lo pensó. Los cogió y se dirigió a comisaría, donde los entregó. Sucedió el pasado miércoles.
El dueño del dinero todavía hoy no se lo cree. Lo daba por perdido después de recorrer varias veces a la inversa el camino andado aquel día, desde que cogió el sobre en el banco a su despacho, en A Coruña. Miraba y miraba al suelo y nada. A pesar de estar convencido de que jamás recuperaría los seis mil euros, acudió a comisaría para presentar la debida denuncia. Y sobre las once de la noche lo llamaron. Para decirle que el dinero lo había encontrado una mujer en la calle Juan Flórez y que podía pasar a recogerlo cuando pudiera.
Así es como se obró el milagro. No ya porque el sobre fue a caer a manos de una persona sin avaricia, que pensó en el problemón que le podría causar a su propietario su pérdida, sino por el lugar en el que fue hallado, la calle Juan Flórez, una de las de más tránsito de coches y peatones de la ciudad.
La mujer, de mediana edad y vecina de la zona, explicó a los agentes a quienes entregó el sobre que se disponía a meter el coche en un garaje cuando vio junto a la acera un sobre. Le llamó la atención y lo cogió. Lo abrió y asomaron 12 billetes de 500 euros. Ni tuvo medio segundo de debilidad. Supo desde el primer momento que ese dinero tenía que regresar a manos de su legítimo propietario. Y este no sabe cómo agradecérselo. Por el momento, quiere quedar con ella para darle una gratificación y agradecerle su honradez.
El hombre, abogado de profesión, había retirado el dinero de un banco próximo al edificio de los Nuevos Juzgados. No era suyo, era de un cliente que lo necesitaba para afrontar la fianza que lo sacaría de la cárcel: «El empleado del banco metió el dinero en un sobre, me lo entregó, lo guardé en la chaqueta y me dirigí al despacho. Cuando llegué iba a coger el sobre para guardarlo y no aparecía por ningún lado. Parecía imposible. Entonces, volví sobre mis pasos. Miré en las aceras por las que pasé, en el bar donde me tomé un café y en el banco donde me dieron el dinero. Y nada. Ya lo daba por perdido».
Hoy su cliente ya tiene su dinero y él duerme tranquilo. Gracias a una mujer que, «a pesar de la que está cayendo, tuvo el civismo y la honradez para devolverlo».