La decisión del secretario general de los socialistas gallegos, Pachi Vázquez, de no asistir el martes al acto convocado por el ministro de Fomento, José Blanco, para presentar el tren híbrido que unirá Galicia con Madrid hizo aflorar el principal conflicto que está latente en el PSdeG, que en los próximos meses deberá decidir quién será su cartel electoral para competir con Feijoo. A la vez, el plantón de Vázquez a Blanco pone en evidencia la tensa relación que mantienen las dos principales referencias del socialismo galaico, relación que se ha visto deteriorada por el proceso de elaboración de las candidaturas del 20-N.
La intensa agenda de actos desplegada por el ministro en Galicia desde el pasado mes de mayo alentó las especulaciones de no pocos dirigentes del PSdeG, que trabajan ya con la perspectiva de un posible retorno de Blanco tras las elecciones generales para medirse con Feijoo. De hecho, la fuga emprendida por Ricardo Varela, el principal puntal de Pachi Vázquez y que se propone dejar el Parlamento para encabezar la candidatura al Senado de los socialistas de Lugo, es interpretada desde dentro del partido en esa dirección.
Pero no acaban ahí las cosas. Detrás del plantón de Vázquez a Blanco se esconde también el pulso que mantienen Ferraz y O Pino por la confección de la lista electoral de la provincia de Ourense, el feudo territorial de Pachi Vázquez. Conocido es que el secretario general del PSdeG está promoviendo como cabeza de lista a la secretaria de Estado de Igualdad, Laura Seara, frente al criterio de la dirección federal y de las agrupaciones con mayor militancia, como O Barco de Valdeorras y Ourense capital, que ondean el nombre de la exministra Elena Espinosa.
La batalla interna de Ourense, unido al foco que Pachi Vázquez está obligado a apagar en Vigo debido a la determinación de Carmela Silva a saltarse el reglamento contra la acumulación de cargos, van a ser fundamentales en el futuro inmediato del PSdeG. Un revés en Ourense o en Vigo dejaría a Pachi Vázquez tocado para imponer su autoridad en el partido y afrontar una carrera de presidenciable, y haría emerger otros, y quizás el de Blanco, para asumir este reto.