Las diputaciones gastan tres veces más en personal que en servicios públicos

Domingos Sampedro
domingos sampedro SANTIAGO / LA VOZ

A CORUÑA

Ourense solo destinó el 27,3% de su dinero a prestaciones básicas

08 abr 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Por cada 1.000 euros que la Diputación de A Coruña dedica a financiar servicios públicos básicos, como sus hogares infantiles, el consorcio contraincendios o la coparticipación en la asistencia social a los municipios, tiene que gastar el triple en pagar las nóminas de sus funcionarios. Lo mismo ocurre con el órgano provincial de Lugo, y de una forma todavía más marcada, con el de Pontevedra, que por cada ocho euros que gasta en personal solo destina uno a costear prestaciones básicas.

Los gastos de personal se han convertido en el principal compromiso presupuestario de las diputaciones provinciales gallegas, por encima incluso de las inversiones reales, según reflejan los datos comparativos que maneja el Ministerio de Economía y Hacienda. En el caso concreto de la Diputación de Ourense la desproporción resulta llamativa. Aunque esta institución dispone de brigadas de obras propias que se encargan de ejecutar las inversiones en las provincia, lo cierto es que en el 2010 destinó el 56% de su presupuesto, que ascendía a 85,2 millones de euros, a gastos de personal y de funcionamiento, reservando para inversiones tan solo 25,7 millones (30,1% del total).

En cambio, el organismo ourensano es también el que más se rasca el bolsillo para financiar servicios públicos básicos: un total de 23,3 millones de euros, el 23,7% del total, cifra con la que casi iguala a los tres entes restantes.

Gasto total de 539 millones

En conjunto, las cuatro diputaciones gallegas manejaron en el 2010 un presupuesto de 539,4 millones de euros, de los que 234 millones (43,4%) se destinaron a gastos de personal y de funcionamiento de las Administraciones, es decir, 146 millones a nóminas y otros 88,2 millones a bienes corrientes y servicios.

Para inversiones reservaron una porción mucho más pequeña, el 35% del total, ejecutándose 142 millones de forma directa, lo que se denomina inversión real, y otros 47 millones mediante transferencias de capital a terceros para que las llevaran a cabo. Pero el gasto que tienen que realizar las diputaciones en mantenerse a sí mismas no lastra solo la capacidad de promover pavimentaciones o pistas polideportivas en los concellos, sino que merma de forma notable la posibilidad de que puedan financiar los servicios públicos básicos que prestan a la ciudadanía, especialmente a través de los ayuntamientos más pequeños que no tienen posibilidad de sostener estas prestaciones.

De hecho, los entes provinciales destinaron en el 2010 a esta área de gasto tan solo 54,7 millones de euros, lo que representa tres veces menos de los 146 millones que gastaron en pagar a sus empleados. Por provincias, la más comprometida en este apartado fue la de Ourense (23,3 millones), seguida de la de A Coruña (13,1 millones) y de la de Lugo (12,7 millones). La de Pontevedra, que manejó un presupuesto de 153,2 millones, destinó tan solo a los servicios públicos básicos 5,3, el 3,4% del total.