Las declaraciones de María Dolores de Cospedal, número dos del PP nacional, insinuando que el ministro de Fomento impulsa el AVE a Galicia porque es gallego y que otras conexiones que a ella le interesan más electoralmente -Madrid-Lisboa- estarían marginadas por esta predilección ponen en una situación incómoda al Gobierno de Feijoo. Pero hay que recordar que, en la ya consolidada campaña contra el AVE, también fueron los medios próximos al PP madrileño los que comenzaron a lanzar mensajes del tipo «El AVE gallego puede esperar». Ante estos ataques y las consignas previas en cenáculos periodísticos y económicos, donde se pone como ejemplo de derroche el nuevo acceso ferroviario a Galicia, el Gobierno de Feijoo guarda un silencio que ya es aprovechado activamente por el PSdeG.
Aunque habrá que esperar y ver si Hacienda pone las pegas a la macrolicitación que ya algunos anuncian por ciencia infusa -ni siquiera ha recibido los pliegos-, el PPdeG también debería preocuparse por intentar que, en un momento crítico como este en el que puede blindarse una inversión histórica, los contrarios al AVE gallego en sus propias filas estén al menos tan callados como Feijoo en relación a las declaraciones de Cospedal. Ayer, el candidato extremeño del PP, José Antonio Monago, incidió en la interpretación de su secretaria general al asegurar que Blanco «da fecha para el AVE a Galicia porque tiene mala conciencia ya que es gallego y quiere dejar algo para sus paisanos», y lamentó que no haga lo mismo con el tren de Extremadura.
Un relevante político del PPdeG aseguraba hace unos días que no conocía a nadie en el partido que estuviera en contra del AVE gallego. Desgraciadamente, comienzan a salir a flote a rebufo de las elecciones autonómicas. El PP tiene la oportunidad de ganar comunidades como Extremadura y Castilla-La Mancha, históricamente socialistas. Y como creen que Galicia ya está amortizada electoralmente, recurren en esos territorios al agravio comparativo con el AVE gallego para arañar un puñado de votos.
El dilema territorial en el PP ante la próxima cita electoral puede dar más disgustos. El ministro José Blanco presenta hoy su plan para el corredor mediterráneo, que unirá Levante con Barcelona y Francia. Se trata de otro granero de votos popular y probablemente se critique de nuevo que se dé prioridad al acceso noroeste, por lo que habrá que ser raudos en tapar estas hemorragias de coherencia.
Algunas otras las protagonizaron personas como Benigno Blanco, mano derecha de Cascos en Fomento, criticando que el Gobierno del PSOE beneficie al noroeste. Y hasta el responsable de infraestructuras del PP en el Congreso, Andrés Ayala, aseguró que el plan público-privado es una «excusa perfecta» para financiar el AVE a Galicia. ¿Quién será el próximo?