El matrimonio que causó la tragedia intentó suicidarse en la fosa séptica

Rocío Ramos / Javier Benito LALÍN/LA VOZ.

GALICIA

José Mouriño y su mujer pasaron varias horas en el pozo tras matar a su hija y quemar la casa, pero no murieron

30 oct 2010 . Actualizado a las 20:54 h.

Carmen Reboredo Lalín, de 48 años, pudo haberse inculpado de la muerte de su única hija, Sonia Mouriño Reboredo, de 21 años, al parecer de un hachazo en la cabeza. Su marido y padre de la joven, José Mouriño, de 51 años, angustiado por las deudas, reconoció haber provocado el posterior incendio que calcinó gran parte del domicilio familiar ubicado en el lugar de Outeiro, en la parroquia lalinense de Barcia, y en el que murió un octogenario. Pero la tragedia pudo ser mayor, ya que en la casa también estaban la abuela y un tío de Sonia, que fueron rescatados con vida por Protección Civil, y luego, el matrimonio se metió en una fosa séptica de la explotación ganadera anexa a la vivienda para intentar suicidarse. Esa es la principal hipótesis de los investigadores, que apenas tienen dudas de cómo sucedieron los hechos.

El primer cadáver que apareció fue el de Amador Fernández Quinteiro, de 85 años, natural de Anzo y que llevaba toda la vida trabajando con la familia, primero con los padres de uno de los miembros del matrimonio como criado, y después con ellos. El hombre tenía alguna deficiencia, pero era, según sus vecinos, «unha moi boa persoa». Su cuerpo fue hallado en su habitación, en la planta alta, la misma donde estaba el cuerpo de la joven con un fuerte golpe en la cabeza.

En la planta baja se rescató a Erundina Lalín Reboredo y a su hijo, Manuel Reboredo Lalín. Los vecinos se congregaban en la finca, acordonada por las fuerzas de seguridad que buscaban al matrimonio. En un primer momento se pensó en un asalto o un ajuste de cuentas, dadas las deudas de la familia y el golpe de la chica. Pero las horas pasaban y José Mouriño y Carmen Reboredo no aparecían.

El giro a los acontecimientos llegó a las dos y media de la tarde, seis horas después de que se descubriese el incendio, cuando fue hallado el matrimonio en la fosa séptica. Estaban cubiertos de purín, ella aparentaba serenidad y él temblaba, según explicó un testigo. Algunas fuentes apuntan que la madre habría reconocido en ese momento haber matado a la hija, aunque otras versiones indicaron que fue el hombre quien dijo que había sido su esposa la que había causado la tragedia y que luego ambos habían decidido suicidarse.

Fueron detenidos y trasladados al hospital, donde se les iba a hacer un lavado de estómago para saber si pudieron haber tomado alguna sustancia antes de los hechos. Sobre el caso pesa el secreto de sumario, pero se cree que todo se debió a una acción premeditada tras una discusión con la hija con el telón de fondo de la situación económica familiar. Los vecinos apuntaban ayer que Carmen Reboredo apenas salía de casa, la veían muy poco, y cuando lo hacía les hablaba de dinero, de los millones que iban a ganar con una inmobiliaria abierta hace un mes en Santiago y de todas sus propiedades.