Blanco y Hernández convierten una inauguración en una agria disputa

Xosé María Palacios Muruais
Xosé María Palacios VILALBA/LA VOZ.

GALICIA

El conselleiro reclama concreción a Fomento en los plazos de la A-8, y el ministro replica exigiéndole lealtad

10 oct 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

La conclusión de la autovía del Cantábrico (A-8) no solo es una infraestructura largamente esperada en todo el norte de España, sino que además parece haber entrado de lleno en el apartado de munición empleada por el PSOE y por el PP en sus refriegas cuando faltan unos meses para las elecciones municipales del 2011.

El acto inaugural de los tramos Abadín-Castromaior y Castromaior-As Touzas, celebrado ayer en Abadín, acabó convirtiéndose en un intercambio de golpes dialécticos entre el ministro de Fomento y el conselleiro de Medio Ambiente, Territorio e Infraestruturas sobre los compromisos para la finalización de esta autovía.

Agustín Hernández admitió que producía satisfacción la inauguración de dos nuevos tramos, pero acto seguido dirigió una serie de reproches al Gobierno central sobre la situación de las obras. El conselleiro dijo que los trabajos eran motivo de anuncios y de comentarios «dende hai máis dunha década», pero advirtió de que no podían seguir envueltos en el «estigma» del retraso.

«Os prazos non se acaban de fixar con partidas», lamentó Hernández, citando a continuación varios años que, dijo, habían sido sucesivamente establecidos como los del final de las obras. Así, según el conselleiro, se habló primero del 2008, más adelante se citó el 2011, y ahora, agregó, aparece como alternativa el 2013 sin que por ello desaparezcan las incógnitas sobre nuevas demoras. Y denunció que había obras adjudicadas en el 2007 que aún carecían de fecha de finalización.

Ante un auditorio en el que había cargos municipales, provinciales y autonómicos del PP y del PSOE, y también del BNG, Agustín Hernández optó como colofón por la táctica de la mano de hierro en guante de seda, y acabó realizando, «dende a cordialidade», un llamamiento a la necesidad de agilizar los trabajos.

Méritos atribuidos

Blanco tampoco perdió de vista la cordialidad, y se dirigió a Hernández como «querido conselleiro». Pero le reprochó que no era momento ni lugar para esas críticas, le exigió a la Xunta «lealtad» y «rigor», y subrayó que «toda» la inversión de la A-8 en la provincia de Lugo se había llevado a cabo con Gobiernos del PSOE.

«Los hechos -agregó el ministro- son la mejor receta contra la incertidumbre». Ya rota la cortesía, Blanco reclamó a Hernández concreción sobre los plazos para unir por autovía Lugo y Ourense por Monforte, censuró a la Xunta achacándole lentitud en el corredor de A Mariña a Ferrol, y rechazó la crisis económica como posible causa de retraso en infraestructuras consideradas fundamentales para un territorio. «A austeridade non pode ser posta como escusa», reprobó, al final, en gallego.