Ourense-Vigo: el otro AVE que Álvarez guardó en el cajón

GALICIA

El contenido de la declaración de impacto demuestra que fue Fomento el que retrasó el proyecto y no Medio Ambiente

16 mar 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

La publicación de la declaración de impacto ambiental del AVE Ourense-Pontevedra-Vigo evidencia que los retrasos en la tramitación de esta conexión -siete años en total- es más atribuible al Ministerio de Fomento cuando Magdalena Álvarez estaba al frente que al de Medio Ambiente, un departamento al que a menudo se le acusa de demorar estos informes. Sin embargo, en este caso parece que ha cumplido los plazos y es Fomento el que debe explicar el agujero negro temporal entre el 1 de abril del 2004 -cuando Medio Ambiente le envía el expediente con las consultas previas- y el 21 de septiembre del 2007, cuando finalmente Fomento decide sacar a información pública el proyecto por Cerdedo, un trámite fundamental para analizar las alegaciones dentro del proceso de evaluación ambiental.

También queda claro en el texto que ayer publicó el BOE que la variante de Cerdedo fue un proyecto sobrevenido ante la oposición de distintos sectores al trazado por el Miño que entró en Medio Ambiente el 10 de junio del 2003. Apenas seis meses después, el departamento que ahora dirige Elena Espinosa recibe el estudio de alternativas del corredor actual. Sin más dilación, en enero del 2004 se llevan a cabo las consultas previas con los organismos implicados y, en abril, se envía toda la información a Fomento. Medio Ambiente solo tarda algo más de tres meses en este proceso, y Fomento, sin que exista una nueva licitación del estudio informativo, demora tres años la salida del proyecto a información pública.

No fue esta la única dilación atribuible al ministerio que gestiona las infraestructuras. Tras las alegaciones de la Dirección Xeral de Patrimonio, Medio Ambiente pidió a Fomento información complementaria que no recibió hasta el 19 de junio del 2009. Las solicitudes de informes a la Xunta -algunas no contestadas- también consumieron buena parte del tiempo entre julio del 2008 y marzo del 2009. Estas consultas motivaron ligeros cambios de trazado y obligan a Fomento a realizar una prospección arqueológica durante la redacción de los proyectos.

Finalmente, una alegación del Instituto Galego de Vivenda e Solo forzó la modificación del trazado elegido por Fomento, para evitar afecciones al polígono industrial de O Carballiño.