Las aguas residuales cierran los bancos de almeja de Corcubión

GALICIA

El marisco que se extrae de la ría no se puede consumir en fresco debido a los continuos vertidos contaminantes

14 oct 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

El seno de Corcubión es un área rica en bivalvos, ideal para el marisqueo. No hay problemas en cuanto a la cantidad de almejas que se pueden extraer de sus playas, pero hace ya tiempo que la Consellería do Mar calificó la ría como zona C, lo que significa que lo que sale de sus arenales no puede consumirse en fresco.

Todas las semanas se toman muestras de mejillones y berberechos e, invariablemente, el índice de contaminación es demasiado elevado. Curiosamente, la situación en esta zona cambió a raíz del accidente del Prestige . La marea negra hizo que se incluyesen entre los análisis habituales el de hidrocarburos, y la sorpresa fue que los moluscos de esa zona tenían un altísimo índice de ellos. La cuestión es que, aparentemente, la ría estuvo a salvo del fuel. Entonces comenzó un largo proceso en busca de los culpables, pero no se llegó a ninguna conclusión clara. Finalmente, los hidrocarburos dejaron paso a otro tipo de contaminación, menos concreta, que es la que se mantiene.

La responsabilidad de esta situación está a ambas márgenes. Cee y Corcubión vierten gran parte de sus aguas residuales directamente a la ría, a pesar de que desde hace años hay en Brens (Cee) una estación depuradora a la que llegan los vertidos de los dos principales núcleos urbanos. La explicación podría estar en el funcionamiento deficiente de la EDAR prácticamente desde su construcción, una situación conocida y debatida desde hace años a nivel local, pero confirmada la pasada primavera con un expediente sancionador abierto por Augas de Galicia tras una inspección. El informe técnico reveló que el agua no salía limpia, y la Xunta impuso una multa de 6.010 euros al Concello de Cee.

Las inspecciones se han repetido tanto en la depuradora de Brens como en las pequeñas plantas de Estorde y Ameixenda, las otras dos localidades ceenses que vierten a la ría, pero las denuncias fueron archivadas. En estos momentos está en marcha un proyecto de ampliación de la red de saneamiento en Estorde y otro de reparación de la planta de tratamiento de Ameixenda, con lo cual quedarían prácticamente controlados los vertidos de la margen derecha.

Pero en las inmediaciones de la ría también hay instalaciones industriales de impacto. Ferroatlántica, que al principio se señaló como autora de los vertidos de hidrocarburos, es una de ellas, aunque su relación con la presencia de ese tipo de residuos no se ha demostrado.

En la margen izquierda se ubica Corcubión, una localidad mucho menos poblada que Cee, pero con mucho mayor atractivo turístico, lo que ha hecho que se multipliquen las segundas residencias y que la población se incremente notablemente en el verano. La localidad ha experimentado, como consecuencia de todo ello, un crecimiento urbanístico descontrolado que dio lugar a una serie de expedientes sancionadores por parte de Augas de Galicia. Sin embargo, fueron archivados cuando la Consellería de Medio Ambiente inició la elaboración del proyecto de saneamiento de esa nueva área residencial corcubionesa.

La actuación promovida desde la Xunta, a instancias del Ayuntamiento, no parece, sin embargo, que vaya a garantizar la solución a los problemas medioambientales que sufre la ría. La fachada marítima de Corcubión es un rosario de canalizaciones en las que se alternan las aguas pluviales con las residuales y que desembocan en el seno. A todo ello hay que añadir la contaminación procedente del río de Quenxe, que se ha convertido en la principal zona de expansión urbanística de la villa.

Los problemas de la ría corcubionesa han originado el nacimiento de una plataforma vecinal que trata de preservarla. Su primer caballo de batalla es evitar la ampliación de la playa urbana, que desaparece con la pleamar y que es zona de cultivo de bivalvos, ya que para la regeneración está previsto utilizar arena de cuarzo, un producto considerado peligroso para la riqueza marisquera de la maltrecha ría.