El auto devalúa la prueba del perito por haber asistido a una reunión con el Gobierno

P. G.

A CORUÑA CIUDAD

07 oct 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

La anulación del sobreseimiento provisional de López Sors quizás se deba, entre otras causas, a la devaluación a la que se somete la prueba pericial que en su momento sirvió de base a la jueza para no imputarlo. La presencia del ingeniero naval Santiago Martín Criado en la reunión gubernamental celebrada el 19 de noviembre del 2002 en la Delegación del Gobierno de A Coruña sirve a los magistrados de la Audiencia para concluir que su informe debe pasar a ocupar un lugar similar a otras pericias de parte, abandonando el papel «tan privilegiado» que se le otorgó en la instrucción. No obstante, no creen que haya que anular la prueba, ni mucho menos decretar la nulidad de las actuaciones.

La Audiencia atribuye a Martín Criado «el olvido de que no basta con ser imparcial, sino que hay que parecerlo», y le recuerda que no sirve alegar que no concedió importancia a su asistencia a una reunión en la que ni siquiera participó. «Pues debió dársela -se añade en el auto- [...] y no dar lugar a la previsible sombra de duda en torno a una característica propia de la condición de perito judicial».

Los magistrados admiten que el auto de la jueza instructora «confiere crédito y preeminencia a la pericial cuestionada» -en ella se avala la decisión de alejar el petrolero-, pero matizan que, en su caso, este hecho no fundamenta el núcleo principal de su decisión de imputar a López Sors. «La fiabilidad del dosier ha menguado, está en entredicho por la relación del técnico con el objeto de su aportación especializada», concluyen.

Consideran, además, que la firma del acta de la reunión gubernamental tenía como objetivo «una exculpación preventiva y formal» de los altos cargos de la Administración, pues en su párrafo final se leía que «todos los asistentes entienden que las medidas que se han adoptado por las autoridades marítimas españolas son las correctas y más adecuadas a las situaciones que se han ido produciendo desde el primer momento del siniestro». «Incluso las apariencias suman cuando está en juego la confianza que la jurisdicción debe inspirar a la sociedad», se concluye en el auto.