La costa de Lugo sufre la crisis del ladrillo con unos 3.000 pisos vacíos

José Alonso Quelle

GALICIA

29 sep 2015 . Actualizado a las 17:04 h.

La costa de Lugo, A Mariña, paradigma del bum urbanístico gallego, parece estar pagando ahora los excesos de una construcción desbocada. Lo hace en forma de miles de pisos vacíos, ya acabados o en fase avanzada de ejecución. Así era A Mariña: promociones que se vendían con solo colocar en una finca un cartel anunciando una próxima edificación; vecinos que se hacían millonarios de la noche a la mañana con terrenos que sus padres y abuelos habían dedicado a sembrados o pastizales y que multiplicaban su valor con solo nombrarlos; rumores que se pagaban a precio de oro; inmobiliarias de toda España que acudían a la llamada del dorado; intermediarios que aparecían en cualquier esquina; lugareños que se hacían expertos en urbanismo hablando de porcentajes de edificación y planes sectoriales en barras de bar y en la cola del pan? Ciertamente, en pocos lugares como la costa de Lugo se vivió un bum urbanístico semejante al calor de las hipotecas baratas. Eran los años 2005 y 2006. Pero hoy el panorama es muy diferente y pasa factura en forma de pisos vacíos. Son centenares de viviendas, probablemente varios miles. Los promotores consultados ofrecen cifras muy dispares, pero comparándolas parece cuando menos prudente hablar de unas 3.000 de nueva construcción. José Quintas -administrador de Proquintas- se anima a asegurar que solo en Foz puede haber entre 500 y 1.000, mientras que en Barreiros calcula que son unas 600. El alcalde barreirense, Alfonso Fuente, reduce la cifra a entre 300 y 400. En Burela, el Partido Popular local -que ha propuesto al Concello que cree una bolsa de alquiler- estima que son entre 500 y 600. En Viveiro -según el Ayuntamiento- hay entre 700 y 800. En O Vicedo se habla de más de cien. Cervo, Ribadeo, Xove y otros concellos suman algún centenar más de pisos a la lista. Y a ello hay que añadir proyectos pendientes de iniciar, obras paralizadas y promociones por concluir, que auguran que el ajuste de la construcción en A Mariña aún tiene por delante un largo recorrido. No obstante, se aprecian algunos «brotes verdes». El alcalde de Foz, José María García Rivera (PSOE), se muestra exultante al hacer balance del verano: «Houbo un empuxón moi grande. En Foz vaise vender todo canto se constrúa e vaise converter nunha cidade importante. Sei dun edificio que a 1 de xuño tiña vendidas 15 vivendas e hoxe ten 47». Pero no es menos cierto que basta dar un paseo por algunas calles para ver la cantidad de vivienda libre que sigue existiendo. El Sanxenxo de A Mariña «Barreiros, el Sanxenxo de A Mariña». La frase fue atribuida al alcalde con motivo de un concierto patrocinado por Proquintas para promocionar una urbanización de 54 chalés de lujo en primera línea de playa. Fue a finales del año 2006 y constituyó todo un acontecimiento, insólito en A Mariña. Actuaron David Civera, Natalia de Operación Triunfo y la Década Prodigiosa. Pero la licencia, entre otras, fue recurrida por la Xunta y el juzgado ordenó la paralización cautelar de las obras. Más de dos años después así continúan. De nada le ha valido al promotor, José Quintas, disponer de la licencia de obra del Ayuntamiento. Él continúa sintiéndose cabeza de turco de una operación de maquillaje de la anterior Xunta. «A proba é que preto da miña finca, de 80.000 metros cadrados, hai edificios facéndose», señala. Quintas afirma que en una semana vendió el 25% de los chalés: «Os compradores seguen aguantando, porque esperamos que todo se amañe», dice, y asegura que tiene licencia para unas 400 viviendas que no ha iniciado «por culpa da Xunta». A su entender, el panorama que se presenta para muchos constructores es «complicado». Vuelven los clientes El ribadense José Pulpeiro representa como pocos el perfil del constructor hecho a sí mismo. A sus 74 años sigue al pie del cañón de una profesión que heredó de sus padres y en la que ha instruido a sus hijos. Reconoce que nunca se ha vivido una crisis semejante: «Pero por fin parece que agora está remontando un pouco. Despois de dous anos sen vender nada empezan a vir clientes a ver as obras». Pulpeiro apunta un culpable de la crisis (los bancos) y la puntilla en A Mariña (la intervención de la Xunta). «Aos construtores de toda a vida fíxonos moito dano a especulación, a xente que acudiu buscando o carto fácil porque subiu moito o prezo do solo. Todas as empresas que empezaron provisionalmente, sen ter experiencia, van caer, porque non dan acabado as obras e teñen que entregalas», explica. El cambio ha sido radical. Hay datos concluyentes. Por ejemplo, en el primer semestre del 2009 en Foz se visaron solo cuatro viviendas, mientras que en Barreiros fueron siete. Hace unas semanas la Asociación Provincial de Empresarios de la Construcción logró arrancar del conselleiro de Medio Ambiente, Territorio e Infraestruturas, Agustín Hernández, el compromiso de que a finales de este mes o a principios del próximo intentará presentar un plan para desbloquear el urbanismo en Barreiros. Para bien o para mal, A Mariña seguirá dando de qué hablar.