El fiscal pide 118 años de cárcel para el violador del chándal pese a la escasez de pruebas

GALICIA

La acusación le imputa nueve agresiones sexuales, cinco de ellas en grado de tentativa

08 may 2009 . Actualizado a las 03:07 h.

Andrés Mayo Fernández, de 40 años, natural de Benavente (Zamora), que a finales de los años ochenta se hizo tristemente célebre en Asturias y León como el violador del chándal, será juzgado esta vez por nueve agresiones sexuales en A Coruña entre diciembre del 2006 y agosto del 2007. El fiscal pide para él 118 años de prisión, al considerarlo autor de cuatro violaciones consumadas y cinco en grado de tentativa.

Mayo Fernández, que en 1990 había sido condenado a 106 años de cárcel, de los que solo cumplió 12 por su buen comportamiento, salió en libertad en el 2002, se mudó a A Coruña, donde encontró trabajo como albañil, se casó y tuvo dos hijos.

Este hombre siempre negó ante el juez los hechos que le imputan, y denunció que era víctima de un complot policial cuando el magistrado le preguntó por una huella suya aparecida en uno de los portales donde se cometió un intento de agresión sexual. Dijo que su huella, «con total seguridad», la puso allí la policía. En el juicio que se seguirá contra él en unas semanas, esa prueba será una de las principales bazas de la acusación. Pocas más tiene, pues ninguna de las nueve víctimas lo identificaron en rueda de reconocimiento y no existe un solo resto de ADN que lo incrimine. De hecho, el fiscal había solicitado recientemente la práctica de nuevas pruebas, petición que la Audiencia de A Coruña rechazó al considerar que de concederla se trataría de una nueva instrucción.

Las imputaciones

A pesar de ello, el fiscal insiste en su culpabilidad y solicita 18 años por cada una de las violaciones consumadas (por una de ellas eleva la pena a 19) y cinco por cada una de las agresiones sexuales intentadas. La primera de las imputaciones se remonta a la medianoche del 6 de diciembre del 2006. Según el escrito del fiscal, Andrés Mayo siguió a una joven de 22 años hasta su portal en la avenida de General Sanjurjo. Se introdujo en el edificio tras ella y le colocó una gasa en la boca impregnada con un líquido que a la víctima le provocó un pequeño desmayo. Pero despertó justo a tiempo para poder desembarazarse del agresor, con el que forcejeó. Se lo quitó de encima y comenzó a gritar, por lo que el imputado optó por huir.

No había pasado un mes -el 24 de diciembre- cuando el supuesto agresor se presentó en la calle Falperra a las nueve de la mañana. Intentó introducir a una joven de 19 años en su portal. Tras realizarle tocamientos, la chica comenzó a gritar, siendo oída por el conductor de un vehículo que circulaba por la vía.

Con idéntico propósito, sobre las seis de la madrugada del 28 de enero del 2007, el imputado, ?según fuentes de la fiscalía coruñesa, manipuló la cerradura de la entrada de un portal de la calle Alfonso VII instantes después de que entrara una mujer de 37 años, a la que abordó en el ascensor. Pero ante la resistencia de la víctima, sus gritos y los ladridos de un perro, el violador abandonó el lugar.

En la medianoche del 24 de marzo, el presunto agresor se introdujo en un garaje de la calle José María Hernández después de que entrara una joven de 21 años con su automóvil. Dentro, el hombre la abordó, la tiró al suelo, abusó de ella y finalmente huyó. Seis días después, siguió a otra chica de 20 años hasta su portal de la calle Cutty Shark, donde la violó.

A Andrés Mayo Fernández también se le imputa un intento de violación en la calle Petunias el 19 de mayo del 2007. En esta ocasión, la madre de la víctima oyó los gritos, salió al rellano y el agresor huyó.

Otro de los intentos se produjo en la calle Pérez Ardá, el 9 de junio del 2007. Aquella vez fueron ?los vecinos los que ahuyentaron al violador. Tampoco logró sus objetivos el 30 de junio entre unos matorrales en las cercanías de la avenida de Alfonso Molina.

Sí consumó la violación, supuestamente, el 1 de agosto del 2007. Lo sufrió una joven en su portal de Novoa Santos.