María Alvite es una pasajera de ese vuelo y a las cinco de la tarde todavía no se había sacudido el miedo del cuerpo. Así recuerda el susto: «Le estaba echando un ojo a un periódico cuando el avión comenzó a moverse. Ya cuando sentí ese tirón hacia atrás cuando la nave alcanza velocidad, de repente nos fuimos todos hacia adelante, notamos un frenazo, me agarré al asiento y mi primer pensamiento fue el del accidente de Spanair en Madrid». Dice que fueron unos segundos interminables, «con sensaciones extrañas».
Otro viajero recordaba que «en esos segundos en que pasó todo la cabeza va a mil por hora. Pensé en que el avión se iba a estrellar, que se iba a salir de la pista, que el piloto tuvo que frenar porque otra aeronave se le echaba encima y hasta que habíamos perdido una rueda. Todo eso en el medio minuto que duró el susto».
Como estos pasajeros, todos los consultados coincidían en la imagen del accidente que sufrió el vuelo de Spanair el pasado 20 de agosto. «Es que al principio de aquel siniestro los pasajeros debieron de sentir algo parecido a lo nuestro», decía otra de las viajeras.
Desde Iberia se aclara que entre aquel accidente ocurrido en Barajas y el incidente de ayer en Alvedro no existe «absolutamente nada en común». Lo del aeropuerto coruñés no fue más, según la compañía, que un fallo técnico detectado por el piloto y que, de haber continuado la maniobra de despegue, nada hubiese ocurrido.