Da una paliza a un constructor y destroza su casa en Tomiño

GALICIA

El viernes se peleó con el empresario y ayer golpeó con una maza a la esposa

20 ene 2008 . Actualizado a las 21:52 h.

La Guardia Civil detuvo a Óscar L.L., tomiñés de 35 años, por destrozar con una maza y una piqueta la casa de dos plantas y tres coches del matrimonio que había construido el edificio de Goián-Tomiño donde él reside. Además, dio una paliza al empresario Carlos Piñeiro, de 58 años, y le rompió una costilla y un diente a su esposa, Marisa Pinto, de 51. Cinco vecinos lograron reducirlo en una finca cuando perseguía a la pareja.

«Desde hace dos años, nos amenaza. Nos quiere matar y no nos dice por qué. Tengo miedo a que cuando salga en libertad vuelva a por nosotros», relataba la mujer tras regresar a su chalé destrozado. Marisa Pinto ignora los motivos del ataque. El joven propietario entró a vivir hace dos años en el edificio que construyó Piñeiro y, tiempo después, un sábado de madrugada, telefoneó al constructor para reclamar que le cambiase un termo eléctrico defectuoso que había provocado una inundación. «Todo el fin de semana nos bombardeó a llamadas y al siguiente lunes se lo cambiamos», dice.

En los dos años siguientes «no reclamó más arreglos, pero nos escupía por la calle y nos llamaba usureros y fascistas, siempre sin testigos», relata la mujer. Los vecinos comentan que el dueño del piso se enfadó porque le entró agua en la terraza.

El detonante saltó el pasado viernes. Carlos Piñeiro acudió a un bajo sin vender del edificio de la calle Brasil para colocar unas láminas. El vecino lo vio y lo llamó aparte para hablar en «son de paz» y, en cuanto tuvo oportunidad, le propinó un puñetazo. «Mi marido, que es muy pacífico, reaccionó y después de tantos años de aguantarse, se defendió», relata Marisa. Ambos acabaron en urgencias del hospital de O Meixoeiro, donde el hombre atacó a la pareja en la sala de espera.

Destrozos

A la mañana siguiente, el matrimonio fue a denunciar la agresión al cuartel de la Guardia Civil. Mientras, a las 15.00 horas, Oscar L.L. se presentó en el chalé del constructor, en Gándara 2, donde se hallaba un hijo del matrimonio. El hombre ocultaba una maza de encofrador y una piqueta de obra entre su pantalón y la camisa. «Vengo a matar a tus padres, no tengo nada contra tí, así que no me frenes», le espetó. Acto seguido, Óscar derribó a martillazos la puerta, rompió las ventanas, la vitrocerámica, dos televisores, los muebles de la cocina e incluso una cañería que inundó la casa. «Solo respetó la habitación de mis hijos», dice Marisa. El Terminator destrozó también los cristales del Mercedes del hijo y una furgoneta.

En ese momento, la mujer llegó en coche y vio al agresor y a su hijo ensangrentados. El individuo arrojó contra el vehículo una piqueta y una barra que rompió un cristal. «Aceleré, pero a los cien metros me dio un ataque de pánico y frené en medio de la carretera. Nos bajamos y huimos», relata la víctima.

Óscar persiguió a la pareja por una finca. «Me dio un martillazo en la boca. Me aparté y me astilló un diente. Luego me atacó por la espalda y me rompió una costilla», comenta. Los vecinos lograron atraparlo. «Hoy estoy viva, pero no sé qué pasará cuando salga en libertad. Nos vamos a mudar», dice. Las víctimas pedirán al juez de Tui una orden de alejamiento.