Un joven pide perdón y se marcha sollozando tras robar 100 euros en un banco de Fisterra

GALICIA

16 ene 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Una sucursal bancaria de Fisterra fue el escenario de un particular atraco que terminó con el improvisado ladrón pidiéndole perdón a la cajera después de que esta le diese 100 euros para así poder quitárselo de encima.

Los hechos ocurrieron sobre la una y media de la tarde del lunes cuando un hombre, desarmado y con la cara cubierta, entró en la oficina que el Banco Pastor tiene en esta localidad de la Costa da Morte. «Estaba muy nervioso y pedía que le abriese las cajas. Yo le dije que eso no era tan fácil y que se fuese porque se iba a meter en un lío», relató Mónica, trabajadora del banco y la única persona que se encontraba en ese momento en el establecimiento.

El atracador, al parecer descontento con las explicaciones que le proporcionaba la empleada, siguió insistiendo en sus pretensiones, aunque más con argumentos morales que con amenazas físicas. «Me dijo que él no quería hacerlo pero que no tenía otra salida», señaló la empleada, que no pudo reconocer al delincuente porque iba tapado y ella no procede del municipio. Tan solo pudo corroborar que se trataba de una persona joven y poco entrenada en este tipo de situaciones. «No sé cómo actúan los profesionales. Por suerte nunca me he encontrado a uno, pero este no lo era porque, la verdad, no sé si estaba más asustada yo o él».

Descontento con el botín

La negociación entre ambos duró «entre 5 y 10 minutos, supongo, aunque no pude calcular el tiempo porque evidentemente no miré el reloj», apuntó Mónica. Al término de la conversación, la cajera la entregó 100 euros para que saliese de la sucursal e intentó convencerlo de que esa cantidad era la máxima de la que disponía en ese momento y que podía entregarle.

Después de esto, el joven, aunque descontento con el botín de 100 euros obtenido, terminó abandonando la sucursal bancaria ante el temor a que pudiese llegar la Guardia Civil y arrestarlo, no sin antes pedirle perdón a la sufrida oficinista, según confirmó esta, «con los ojos llorosos».

Ya en frío, Mónica hacía la siguiente reflexión sobre lo ocurrido: «Fue una locura. Yo creo que pensó, "me encuentro apurado y voy a atracar un banco", como si resultase tan fácil».

La investigación sobre lo ocurrido ya se encuentra en manos de los agentes de la Guardia Civil que, el mismo día de los hechos, acudieron a la oficina del Banco Pastor para llevarse una copia de la cinta de seguridad y así poder obtener datos sobre el ladrón. Precisamente, su identidad, al menos para los empleados del banco, sigue siendo un misterio.