Dos personas murieron ayer en un accidente ocurrido en la autovía A-6 a su paso por el municipio lucense de Begonte, en un tramo en obras en el que hay que realizar un desvío, a la altura del kilómetro 522. Se trata de una madre y su hijo, que se dirigían a Lugo, donde residían, y que perdieron la vida en el acto por las graves heridas causadas por una valla de la carretera que atravesó violentamente su coche de lado a lado y que, al parecer, arrastró a los ocupantes fuera del coche.
Los fallecidos son Carlos Prado Vázquez, que conducía el Citroën Xantia, LU-3821-S, y su madre, Julia Vázquez Pajón. Las primeras hipótesis apuntan a que el conductor pudo perder el control del coche al realizar uno de los giros en el tramo en obras y que tiene escasa visibilidad. El coche se salió entonces de la calzada y fue a golpear de forma lateral contra la valla quitamiedos, que acabó penetrando en el turismo.
Estas dos muertes elevan a trece las registradas en Galicia en los últimos diez días, en unas jornadas especialmente trágicas para el tráfico gallego.
Y las víctimas mortales pudieron ser más. Un niño de unos trece años sufrió heridas graves al ser atropellado por un camión el lunes en el municipio coruñés de Ordes. Según la Guardia Civil de Tráfico y Protección Civil, el accidente ocurrió sobre las 13.00 horas en la carretera CP-2405, que une Cerceda con Mesón do Bento. Al parecer, el muchacho cruzaba la calzada y el conductor del camión intentó esquivarlo, pero no pudo evitar el golpe. Al lugar se trasladó el helicóptero del 061, cuyos sanitarios practicaron los primeros auxilios al niño y decidieron trasladarlo al Hospital Clínico de Santiago, donde quedó ingresado en estado grave. Se le apreció, entre otras lesiones, un golpe en la cabeza. El chico se quejaba también de un fuerte dolor en el pecho.
Vertido de gasoil
También el lunes, un camión cisterna que transportaba gasoil volcó en la carretera OU-802 a su paso por Sobradelo, en el municipio ourensano de Carballeda de Valdeorras. La helada que cubría la carretera pudo propiciar el suceso, a la salida de una curva. A consecuencia del accidente se vertieron 15.000 litros del gasoil que transportaba. Se precipitaron, eso sí, en una balsa de agua construida al lado de la carretera, lo que evitó que el combustible contaminase un río cercano. El chófer del camión salió ileso.