Unión Fenosa y Enresa consideran que ha habido una alarma injustificada en relación a la posibilidad de un traslado de materiales con contaminación radiactiva desde la central nuclear de Zorita, en Guadalajara, a la térmica de Meirama, en el municipio coruñés de Cerceda.
La compañía vigila todos los asuntos relacionados con la planta de Cerceda y sostiene que «no hubo ningún traslado de este tipo, ni lo va a haber», sobre todo cuando las instalaciones están próximas al cierre.
Responsables de Enresa, que gestiona los residuos radiactivos, afirman que solo ellos pueden hacer transportes de ese tipo. Dicen que los restos nucleares solo se llevan al cementerio del Cabril, en Córdoba, y no a una central térmica, con lo que de haber algún traslado a Meirama por parte de Fenosa ha de ser de otros materiales. Además, el depósito de los restos de combustible, que son los que albergan la carga contaminante, se hace en los lugares donde se generan, a la espera de que se decida la ubicación del ATC (almacén temporal centralizado).
La controversia se generó tras una reunión del comité de empresa en la que se comentó la posibilidad de llevar a la planta, para su incineración, unas 20 toneladas de palés de madera en forma de serrín procedentes de Zorita. Un trámite obligado que motivó una denuncia de los representantes de los trabajadores ante la Inspección de Traballo y que fue difundido por el BNG. Ante ese hecho, la compañía decidió no realizar la operación, que había sido comunicada a la Xunta y al alcalde de Cerceda y para la que tenía un permiso de transporte especial para el día de fin de año.