Las campanadas lanzadas por el Gobierno con el propósito de ampliar la nacionalidad a los nietos de los emigrantes volvieron a retumbar ayer en Galicia, el territorio de origen de uno de cada tres expatriados españoles. Ocurrió en el transcurso de una comparecencia de Emilio Pérez Touriño en el Parlamento para dar explicaciones de su último viaje a Cuba y México. El presidente de la Xunta aprovechó el debate para corregir al PP, subrayando que el pasaporte no solo se extenderá a los descendientes de los exiliados de la Guerra Civil, sino a los nietos de todos los emigrantes sin exclusión.
El líder del PP gallego, Alberto Núñez Feijoo, fue quien sacó el asunto a colación, justo después de apoyar de forma calurosa el formato que le dio Touriño a su última gira al extranjero, en la que también participó una delegación parlamentaria con el fin de conmemorar el centenario del himno gallego en La Habana. Pero reprochó al jefe del Ejecutivo que incumpliese dos de sus compromisos: el de implantar el voto en urna y el de extender la nacionalidad española a la tercera generación de la diáspora. «Se o BNG non se fía do que ocorre co voto do exterior, comprenderá que nós teñamos dificultades para fiarnos», esgrimió el dirigente popular.
El nacionalista Carlos Aymerich advirtió a Touriño de que mientras no se reforme el sistema del voto emigrante, «as viaxes ao exterior sempre van a estar contaminadas pola sospeita». Aun así, apoyó expresamente la visita realizada a Cuba. Feijoo, en cambio, cargó contra el propósito de extender la nacionalidad española a través de la llamada Ley de Memoria Histórica, aprobada recientemente, pues entiende que solo beneficiaría a los nietos de los exiliados políticos, discriminando al resto de los emigrantes.
El presidente gallego replicó negando la mayor y acusando a Núñez Feijoo de viajar al exterior «para falar mal do país e para mentir», dijo, en alusión a su reciente visita a Argentina, en la que acompañó a Mariano Rajoy. «Vostede sabe perfectamente», le espetó Touriño al líder del PPdeG, que la ley de la memoria extenderá el derecho de nacionalidad, y paralelamente también el de voto, a los nietos de los emigrantes que así lo reclamen. «Vamos a asistir á extensión dun dereito que é realmente histórico», insistió Touriño, sin más precisión.