Hace un par de años, la Unión Europea exigió a la Xunta que resolviera con urgencia el problema de contaminación existente en la ría viguesa. Incentivó esta demanda con la advertencia de que en caso contrario podría imponer una sanción millonaria. La petición fue tomada muy en serio y provocó un acuerdo entre el Gobierno autónomo y el Concello para planificar la construcción de una nueva depuradora.
Basándose en este ejemplo, Izquierda Unida ha decidido trasladar a Bruselas su oposición al nuevo Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM), que se encuentra en su fase final de tramitación después de más de seis años de elaboración. Así, el eurodiputado de esta formación, Willy Meyer, ha presentado una solicitud formal a la Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo para que las instituciones comunitarias adopten «as medidas necesarias para que España respecte a lexislación medioambiental pertinente con relación al PXOM», según confirmó ayer Esquerda Unida, la rama gallega de IU.
Esta formación utiliza los datos suministrados por las entidades Outro Vigo é Posible y Alternativa Veciñal, ambas opuestas al Plan Xeral, que estiman que la Consellería de Medio Ambiente permitió al Concello de forma injustificada el incumplimiento de la normativa europea vigente en la materia. A mayores, consideran que la proyección demográfica en que se sustenta «un Plan General desarrollista, la carencia de un estudio de movilidad sostenible y de un mapa de ruidos, hacen que adolezca de la mínima seguridad jurídica exigible al documento y que lo hagan totalmente inválido». El futuro PXOM contempla las construcción de 140.000 viviendas, más de las que existen ahora en Vigo, y que la ciudad tenga en 20 años 100.000 nuevos vecinos.