«Lo apuñalé porque le estaban pegando a mi mujer»

J. L. / A. M.

A CORUÑA CIUDAD

Fu, el propietario del bazar chino de A Coruña en el que se produjo una agresión, explicó el motivo de su reacción

20 oct 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

Fu. Así se llama el comerciante que el pasado jueves asestó tres puñaladas a un joven en las puertas de su negocio, situado en el número 52 de la calle san Andrés de a Coruña. Fu, sin más. «Mi apellido no hace falta, todo el mundo me conoce por Fu», decía ayer en la puerta de su bazar, ojeroso y con aspecto cansado. Acaba de llegar de las dependencias policiales en las que pasó toda la noche.

«¿Cómo te encuentras?», preguntaba una de las dependientas de un comercio cercano. «!Buff! Estoy destrozado, quiero descansar un poco», contestaba Fu. Confesaba estar superado por los hechos y la repercusión que han tenido en los medios de comunicación: «No quiero darle muchas más vueltas a esto porque estoy muy cansado».

Según Fu, los tres muchachos con los que mantuvo la confrontación no era la primera vez que venían a su negocio. «Son gente que da muchos problemas, ya se les conoce en la zona por andar molestando en otros comercios», añadía un compañero que llegaba con él al negocio. También ponía en duda el dato difundido de que el herido fuera menor de edad.

Uno de los miembros de la pandilla, declaraba el jueves que sólo estaban viendo unos pírsines y unos pendientes para comprar. Algunos de ellos no los alcanzaban y se los pidieron en el mostrador. Según el chico que hablaba, el comerciante entró en cólera sin motivo aparente y apuñaló a uno de los muchachos en su espalda, tirándolo por el suelo. Fu ponía cara de resignación al escuchar esta versión. «No es así. Ellos estaban cogiendo cosas de los expositores y escondiéndolas para robar».

Mujer embarazada

Fu y su compañero explicaron que, al reprender el comportamiento de la pandilla, uno de ellos salió del local y abrió la tapa de un contenedor de basura, simulando echar allí lo que habían cogido del comercio. Además de Fu, también les riñó su mujer, actualmente embarazada.

En ese momento saltó la chispa. Fu explicó cómo los chicos insultaron a su mujer y uno de ellos la llegó a agredir. Ante esa situación no se lo pensó dos veces: «Lo apuñalé porque estaban pegando a mi mujer». El comerciante confirmaba que fueron tres las cuchilladas que le asestó al muchacho, mientras, asustados, los otros salieron corriendo del local.

«No quiero hablar más»

Al ir recordando el suceso Fu, aturdido, dijo que no quería continuar. «Por favor, no quiero hablar ya más del tema, de verdad, que estoy muy cansado», concluía mientras realizaba un gesto negativo con sus brazos como aspas.

Antes de que llegase al bazar, una mujer abría el negocio ajena a lo ocurrido. «Yo no estuve ayer aquí, no sé nada», decía en un deficitario castellano que dificultaba el diálogo. Al mostrarle el periódico, argumentada desconocer el idioma. «No sé leer español, no entiendo nada de eso», comentaba. ¿Pero sabe usted dónde está la mujer y el hombre que tuvo ayer la pelea y apuñaló a un chico? «Los que estaban aquí, están ahora en la policía, arriba -indicaba-. Hoy no han venido. Aquí no hay nadie, yo no sé nada y no puedo decir nada». Al rato llegaba Fu.