El alcalde de Santiago propone que la Cidade da Cultura sea Patrimonio de la Humanidad

Efe

GALICIA

Sánchez Bugallo reclama a Touriño apoyo para ampliar la distinción de la Unesco a nuevas zonas de Compostela.

01 ago 2007 . Actualizado a las 18:53 h.

El alcalde de Santiago, Xosé Sánchez Bugallo, ha reclamado al presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, su apoyo para que se amplíe la declaración de Patrimonio de la Humanidad a más espacios de su ciudad, de forma que se incluya en este reconocimiento a la Cidade da Cultura.

Así lo explicó el alcalde compostelano después de mantener su primera reunión institucional con el jefe del Ejecutivo gallego tras su reelección en el cargo después de las pasadas elecciones municipales.

Sánchez Bugallo informó que ha reclamado del presidente apoyo para su iniciativa «novedosa» de que se amplíe el ámbito de la ciudad declarado Patrimonio de la Humanidad.

Se trata de que, además del casco viejo, sean reconocidas las Brañas de Sar, en el entorno de la Cidade da Cultura que se construye en el monte Gaiás, con lo que estas instalaciones también quedarían incluidas.

A este respecto, confió en que esta ampliación podría lograrse en 2010, en que se celebra el año Santo compostelano.

En la reunión, Pérez Touriño y Sánchez Bugallo repasaron especialmente asuntos referentes a la planificación de las distintas administraciones para preparar el año jacobeo de 2010, en confían que estén concluidas las infraestructuras que demanda la ciudad, con la excepción de la autovía Santiago-Lugo, que todavía no estará acabada entonces.

El presidente y el alcalde destacaron especialmente que el Xacobeo figura como una de las prioridades de ambas administraciones e insistieron en la pretensión de la Consellería de Política Territorial de lograr el tercer carril de la AP9 para que entre en funcionamiento en 2010.

Pérez Touriño, además, anunció la puesta en marcha de un foro de trabajo en el que participarán el Estado, la Comunidad autónoma y el Ayuntamiento para elaborar propuestas ante este «gran evento», como calificó el año jubilar.