El viejo vertedero de Ferrol y su entorno han metamorfoseado su imagen tras una inversión de casi cinco millones; pero los vecinos apenas frecuentan el lugar
19 feb 2010 . Actualizado a las 12:54 h.Fue el 6 de febrero del 2004 cuando se inauguró el sellado del antiguo vertedero de Mougá. Debajo de suelos de soporte, membranas impermeabilizantes, drenajes, capas vegetales y césped, entre otros elementos, se agazapaba una enorme montaña de 600.000 toneladas de basura. Y surgían 95.000 metros cuadrados de verde. Un privilegiado mirador costero. Fue el punto de partida para la metamorfosis de ese lugar y de todo su entorno. Ahora, seis años después, el visitante se encuentra con un paraje totalmente remozado, bien acondicionado, con un aula medioambiental, un mirador donde estaba la antigua planta de compostaje, un área de bancos y mesas de piedra... Y una perrera a punto de estrenarse. En total, se han requerido aportaciones por valor de casi cinco millones de euros de las administraciones públicas para dar ese cambio que, sin embargo, resulta desconocido para el grueso de los ciudadanos. Una visita de una hora la mañana del pasado martes permitió comprobar que, en esa franja de tiempo -entre las doce y la una, aproximadamente- por allí no pasó un alma. La tónica en algunas jornadas. La rompen las visitas escolares a Reciclaterra y las que hacen algunos particulares. Un paraje, en definitiva, nuevo pero casi desértico. Pero, como ya se ha citado, fue el sellado del vertedero el paso inicial que, posteriormente, traería lo demás. En aquel 2004 se consideraba que cinco años más tarde -en el 2009- podría tener ya arbolado y nueva vegetación, a modo de parque público. Pero todavía habrá que esperar bastante más para quitarle el vallado. Así lo confirmó la concejala de Medio Ambiente, María López. ¿El motivo? Es necesario que, antes de hablar de cualquier otra cosa, se regenere completamente el lugar y lo que esconde en su interior. Solo a partir del 2014 se podrán «comenzar a realizar inspecciones y catas para saber las posibilidades de la zona». Aunque la creación de un mirador sigue estando en el ánimo del gobierno local. Planta de lixiviados Por el momento, recientemente se ha llevado a cabo una siega sobre el antiguo vertedero para evitar la proliferación de maleza, rebajando notablemente su altura. Y se ha hecho un trabajo «que no se ve», subraya López. ¿Cuál? Con algo más de 63.000 euros se ha puesto en marcha la planta de tratamiento de lixiviados para depurar las aguas que se desprenden de la antigua bolsa de basura. Una infraestructura que fue cayendo en desuso y, según María López, «ni funcionaba». A la par, se espera que la Xunta adjudique un proyecto para la extracción de biogás de ese subsuelo. Como apuntó la edila, permitirá aprovechar las «bolsas de metano» que genera la degradación de los desechos para dar energía «en principio, a Reciclaterra y la perrera».