La ruta de la droga a Freixeiro se hace también en tren. Vecinos de la zona en la que se ubica la parada de FEVE han denunciado el incremento de la llegada de drogadictos en ferrocarril, que utilizan ese medio de transporte para acudir a comprar sustancias estupefacientes al campamento naronés.
Según han manifestado residentes en las calles Villadóniga, Ortega y Gasset y García Morato, las más habituales para cubrir la escasa distancia a pie que separa el apeadero de Piñeiros y el asentamiento gitano, la presencia de toxicómanos en esa zona es constante. Pero no solo es el tránsito de estas personas lo que preocupa a los habitantes de esta zona. Tras haber adquirido la droga, retornan por el mismo camino para tomar de nuevo el tren que los lleve de regreso a su lugar de origen, empleando muchas veces esta ruta para el consumo in situ de sustancias ilegales. Lo hacen, aseguran, ante la necesidad inmediata de su consumo, pero también para evitar el riesgo de que pueda ser interceptada por efectivos policiales.
Un vecino de la calle Villadóniga señaló que por esa vía pasan a diario más de una veintena de drogadictos. Y que hasta cogen los limones utilizados para diluir la droga de huertas próximas. En el apeadero, un refugio empleado como nido para el consumo, es habitual encontrarse con los papeles de aluminio empleados para el consumo de heroína e incluso jeringuillas entre las traviesas de la vial. Ante esta situación, que algunos particulares han trasladado al Concello de Narón, demandando mayor control, se han reforzado los efectivos policiales.
La Policía Local comunicó a la Comisaría de Ferrol-Narón del Cuerpo Nacional de Policía la situación y actualmente ambas fuerzas colaboran en una vigilancia intensiva en esta zona. El jefe de los agentes locales, Eduardo Pita, explicó que desde esta semana se ha intensificado la vigilancia con patrullas por la zona. Lo hacen, especialmente, coincidiendo con el paso por Freixeiro de los trayectos del tren de FEVE procedentes o con destino a Ortigueira. De la comarca ortegana proceden buena parte de los toxicómanos que emplean el tren para llegar a Narón.
Identificación
El objetivo de las patrullas es identificar a los viandantes que se consideren sospechosos y cachearlos para comprobar si portan sustancias ilegales. De hacerlo, se evalúa si es para consumo propio o si por su cantidad podría ser destinada a la venta o trapicheo. En el primero de los casos, la policía recuerda que es ilegal el consumo en la vía pública. Su presencia parece haber tenido efectos disuasorios, ya que por el momento no se ha interceptado a ningún individuo con drogas.
Un vecino del barrio apunta la posibilidad de que se emplee el paso del tren como correo para mover la droga o como punto de conexión para que otras personas la distribuyan. «Lo hacen las mujeres del campamento, que a unas horas fijas van siempre hacia el apeadero», señala.
Que sean ellas quienes se encarguen de ese trabajo no es casual: para efectuar cualquier registro corporal es preciso que lo hagan mujeres policía, en unas patrullas en la que los agentes son aplastante mayoría.