El alcalde de Ares, el socialista Julio Iglesias, mostraba ayer su satisfacción por la consecución, un año más, de lo que define como «una maravilla fruto del trabajo de todo un pueblo» y que se ha convertido en un emblema del municipio: el Corpus y sus alfombras florales.
Recuerda Iglesias que, con el telón de fondo de una motivación religiosa, se mantiene «muy arraigada una tradición con vocación de permanencia en la que participan desde los más pequeños hasta los mayores, en la que todo el pueblo se involucra». Se trata, asegura, «de un acontecimiento que creemos que es ya una referencia en Galicia y que cada vez va a más, al que además se le une una verdadera noche festiva que es la del sábado al domingo, cuando las calles son un hervidero de gente» para poner el punto y final a las vistosas alfombras para la procesión de mañana.
Aunque destaca el alcalde que «desde el Concello procuramos colaborar al máximo» reconoce que «aquí los verdaderos protagonistas son los vecinos, los que empiezan a trabajar mucho antes de este fin de semana para recoger el verde, prepararlo, hacer lo mismo con las flores, los dibujos... Es artesanía».
Tampoco olvida que son necesarios «muchos viajes» para recopilar el material necesario y que son los ciudadanos los que se encargan de hacerlos.
Para Iglesias, en definitiva, este fin de semana es el colofón a un «largo y laborioso proceso» que hunde sus raíces en la más profunda tradición y que da como resultado, insiste, «una maravilla».