El fin de la madera gratis de Guinea

F.?V.

FERROL

La fábrica de A Malata cerró al fracasar el modelo de descolonización de Guinea diseñado por Carrero Blanco, con intereses en la sociedad propietaria

03 may 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Peninsular Maderera fue creada en 1953. Su presidente era el médico ourensano Francisco Bergaz, propietario del hospital Ruber y de una concesión en la antigua Guinea Española de una explotación forestal. Bergaz también fue el creador de la empresa de la que surgió la actual Finsa. En el Banco General de Comercio e Industria, que financiaba Peninsular, tenía importantes intereses el presidente del Gobierno de entonces, el almirante Carrero Blanco, titular de otra entidad con intereses en la colonia, según recoge el historiador Enrique Barrera en su reciente libro.

La factoría de A Malata, que se asentaba exactamente en la parcela que ocupa hoy el estadio municipal, llegó a fabricar 50.000 puertas de contrachapado al año, a partir de la madera que recibían en tronco por barco, procedente de Guinea, a través del puerto ferrolano. Los enormes troncos eran transportados desde el muelle comercial hasta A Malata por mar, en grandes balsas. Tenía un cuadro de personal formado por 480 personas, de ellas unas 28 mujeres. La estrategia diseñada por España para la descolonización de la colonia exigida por Naciones Unidas, no pudo ser peor para la fábrica ferrolana. En 1968, se pretendió conceder al nuevo país africano una independencia ficticia, que conservase los intereses económicos de la metrópoli, entre ellos la madera prácticamente gratis.

Para ello, favorecieron a un grupo de políticos guineanos a los que trataban a cuerpo de rey en las reuniones que se celebraban en Madrid. Sus hombres eran Atanasio Ndongo y Saturnino Ibongo. A través del sindicato colonial de la madera, apoyaron económicamente las candidaturas de Ndongo y Bonifacio Ondó, pero a pesar de todo ganó Francisco Macías y la operación se vino abajo.

Cuando el Gobierno español maniobró e intentó un golpe de Estado contra Macías hubo un nuevo fracaso y Ndongo y Saturnino cayeron en los combates. De manera que la reacción de Macías no se hizo esperar. Expulsó al Banco General de Comercio de Guinea, le retiró las concesiones madereras al grupo apoyado por Carrero Blanco y se las otorgó al empresario maderista francés Jean Pierre Noveau, con lo que Guinea quedaba integrada en el grupo de países controlados por Francia.

Al cesar el envío de la materia prima colonial, Peninsular Maderera cerró porque el grupo salvó solo las fábricas de Cuenca y Ourense.