El desdoble de las vías de Feve deja aislados a los vecinos de Virxe do Mar

Luís A. Núñez

FERROL

09 jul 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Las obras de duplicación de las vías de Feve en Narón han mostrado, más pronto que tarde, su cara oscura. Es el caso de la barriada de Virxe do Mar, en donde se ubica el primer apeadero naronés de la línea de vía estrecha entre Ferrol y Xuvia, y cuyos vecinos se han quedado temporalmente incomunicados por el corte de la calle que les unía a la carretera de Castilla.

Se trata de Marina Española, en la que se ubican los establecimientos que dan servicio al vecindario. Precisamente son estos comerciantes quienes sufren los desaciertos de una obra pública proyectada ya en el año 2003 y que la empresa dependiente del Ministerio de Fomento ha puesto en marcha casi cinco años después, a tiempo de salvar una subvención europea.

Los mismos comerciantes se pusieron en pie de guerra dos semanas después de que la contrata cerrase el paso inferior que comunicaba esa calle con el barrio ahora aislado. Afirman que los vecinos, su clientela, ya no acude con la asiduidad de antes a sus establecimientos al tener que dar un rodeo considerable.

«Sabemos que las obras son muy positivas -explica Miguel López, del bar A Peaxe-, pero nadie nos dice nada y parece que no tienen un plazo» definido para reabrir la calle. «Hay mucha gente mayor [en el barrio]», cuenta María José Sánchez, quien regenta una tienda de congelados en Marina Española. Precisamente son esos quienes más se quejan por la situación. El corte les obliga a dar un importante rodeo para hacer sus compras y tienen que volver a sus casas cargados con las bolsas.

Y también sufren la situación Manuel Grandal, de Autoservicio Grandal, y Patricia Mira, de la peluquería Twins: «Ya no pasa la gente a pedir cita para cortarse el pelo», lamenta esta última.

Pero este no es el mayor de sus problemas. Miguel recuerda que un buen día cortaron el agua «sin avisarnos» durante dos horas. «Casi me queman la máquina del café», cuenta el hostelero. «¿Y cómo aclaro yo sin agua el pelo a una clienta que viene a teñirse?», se preguntaba Patricia.

Bajo el puente del tren hay un boquete por el que tienen que pasar aún las compañías de teléfono, electricidad y gas para sellar sus acometidas. Y los comerciantes piden que se les concrete una fecha y que se instale una pasarela de obra para facilitar el tránsito del vecindario.