Los indignados se manifestarán pese a prohibirlo la Junta Electoral

Gonzalo Bareño Canosa
gonzalo bareño MADRID / LA VOZ

ELECCIONES GALLEGAS 2009

Los acampados dicen que su protesta no tiene que ver con las elecciones

20 may 2011 . Actualizado a las 10:34 h.

Tras seis horas y media de deliberación, la Junta Electoral Central declaró «contrarias a la legislación electoral» todas aquellas «concentraciones y reuniones» que se celebren tanto durante la jornada de reflexión como el día de las votaciones. Están prohibidas, por tanto, las manifestaciones del movimiento 15-M, que tienen en la madrileña Puerta del Sol su principal exponente. El órgano trasladará ahora su decisión a todas las juntas electorales provinciales y al Abogado General del Estado, que habían elevado consultas sobre las repercusiones que para el proceso electoral podían tener las movilizaciones.

Los indignados habían anunciado ya horas antes de saberse la sentencia que su protesta continuaría al margen de lo que dictaminase el órgano encargado de velar por la limpieza de los comicios. De hecho, la asamblea de la acampada de la Puerta del Sol en Madrid ya ha había decidido convocar una nueva manifestación para mañana.

Reivindicaciones

Tras varios días de manfiestos cruzados, y en ocasiones contradictorios, los autodenominados indignados centraron algo más sus reivindicaciones, entre las que destaca una reforma de la ley electoral que permita una mayor representación de las fuerzas minoritarias en el Parlamento. Los portavoces aseguran que seguirán con su protesta porque su movimiento no tiene nada que ver con las elecciones. Mientras se esperaba el criterio de la Junta Electoral Central unitario para toda España, la Junta Electoral Provincial de Madrid ratificó ayer la decisión que tomó el miércoles el presidente de este órgano de no autorizar la concentración de la Puerta del Sol. Votaron a favor cuatro de los cinco miembros, entre ellos dos vocales, uno designado por el PSOE y otro por el PP, y solo hubo un voto en contra de uno de los magistrados. Cinco días después de iniciarse la protesta, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se pronunció por primera vez sobre las movilizaciones: «Hay que escuchar, ser sensibles porque hay razones para que expresen ese descontento y esa crítica», señaló. «A partir de ahí tenemos que fortalecer, mejorar, todo lo que es el cauce de los países que han conseguido mayores cotas de libertad, que son los democráticos, con democracia representativa y con partidos», insistió Zapatero, diferenciando así las protestas de las que se producen en dictaduras de las países árabes.

También se refirió a los indignados Mariano Rajoy, pero en sentido contrario. «Lo fácil es descalificar a los políticos», señaló el líder del PP, que aseguró que, «en democracia, a los Gobiernos que no están a la altura se les quita con lo más importante que tiene una persona, su voto valiente, libre y decidido». En todo caso, añadió que en España están pasando «cosas» que «desde luego no pasaban cuando gobernaba el PP».

El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, justificó la inacción de las fuerzas de seguridad el miércoles ante la concentración declarada ilegal en Madrid y aseguró que las actuaciones policiales deben ser «congruentes, oportunas y proporcionadas» y que lo que busca la policía es «resolver los problemas y no crear más».

El movimiento conocido en las redes sociales como #spanishrevolution se extendió por diferentes países.

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