Trujillo, el sargento que salvó al bebé nacido en una patera

La Voz REDACCIÓN/LA VOZ.

ESPAÑA

La niña, llamada Happiness (Felicidad), vio la luz en pleno viaje entre Marruecos y España

14 dic 2010 . Actualizado a las 02:26 h.

La pericia y la decisión que mostró en la tarde noche del domingo el sargento primero de la Armada Carlos Trujillo fue decisiva para que 38 inmigrantes lograsen salvar su vida, incluida Happiness, el bebé que había nacido poco antes en plena patera, en el atribulado y urgente viaje que realizaba su joven madre entre Marruecos y España. En una arriesgada operación rescató uno a uno a los tripulantes de una embarcación neumática que había embarrancado tras una avería en una zona de rompientes en la isla de Alborán, a 50 millas de Almería.

Fue alrededor de las 18.40 horas cuando la patera encalló a unos cinco metros de la orilla. El jefe del destacamento que la Armada tiene en este islote activó el plan de actuación y alertó a los servicios de emergencia; enseguida fue localizada por una embarcación de Salvamento Marítimo. Los miembros del destacamento naval abrieron una vía de escape de 100 metros desde el acantilado hasta el muelle mediante cabos guía. Y desde la rompiente, el suboficial Trujillo, auxiliado por sus compañeros, comenzó a evacuar uno a uno a los inmigrantes. Primero, cinco niños, entre los cuales se encontraba un recién nacido; después, 9 mujeres, y finalmente, 19 varones. Entre ellos se hallaba la madre, que había dado a luz al bebé en la patera con la ayuda de sus compañeras y que apenas podía moverse. En la barca viajaban trece mujeres, de las que siete estaban embarazadas.

Todos fueron trasladados al destacamento, donde recibieron las primeras atenciones y mantas térmicas. Posteriormente, el buque de Salvamento Marítimo Salvamar Hamal los llevó a Motril. Según narraba a Efe Enrique Garberí, de Salvamento Marítimo, «entregaron al bebé y a la madre tres cuartos de hora después de nacer para que los trasladara hasta el puerto granadino». Durante el viaje, de unas dos horas, un guardia civil llevó pegado a su pecho a la recién nacida, dándole calor y protegiéndola del intenso frío, ante la imposibilidad de que lo hiciera la madre. Según el relato del propio agente, Carlos Puche, se «sentía tranquilo cada vez que lo escuchaba llorar, ya que era señal de que estaba vivo».

Tanto Happiness como la madre fueron atendidas por la Cruz Roja nada más llegar a la dársena motrileña, para después ser trasladados al Hospital Santa Ana, donde ambas quedaron ingresadas con buen estado de salud.