Dice de Galicia que es su segunda casa. Desde niño. La recorrió en barco, ría a ría, buscando y encontrando rincones que «son paraísos auténticos». Ahora disfruta en Portosín del verano, «hasta octubre», en una casa pensada, cómoda y que rehúye de la ostentación.
-¿De dónde nace su vínculo con Galicia?
-La conocí cuando vinimos a vivir A Coruña recién terminada la Guerra Civil. Desde el principio fue una tierra que me produjo paz y siempre he regresado.
-¿En qué otras zonas ha vivido?
-Nigrán y Sanxenxo, aunque siempre tuve la intención de regresar aquí. En realidad esta casa fue la primera que construimos mi mujer y yo. La verdad es que si pudiera me gustaría morirme mirando la ría de Noia y Muros desde mi casa. Su belleza es algo en lo que mis invitados coinciden totalmente.