El Gobierno confirma que retrasará la anunciada reforma de la ley de libertad religiosa
ESPAÑA
La reforma de la ley de libertad religiosa, uno de los ejes de la entrevista que el jueves mantuvo en el Vaticano el jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, con el Papa, no es prioritaria ahora para el Ejecutivo, que ha decidido retrasar los proyectos no vinculados a la salida de la crisis. Fuentes del Ejecutivo confirmaron ayer que la reforma, anunciada para antes del verano, no está en estos momentos en la agenda y no tiene fecha. Los informantes de la agencia Efe confirmaron de esta forma la información publicada ayer por La Voz de Galicia. Fuentes conocedoras del contenido de la reunión revelaron el jueves a este periódico que Zapatero había asegurado a Benedicto XVI que no habría problema alguno con la ley de libertad religiosa, una reforma que ya no es prioritaria y que en ningún caso generará nuevas polémicas con la Iglesia católica, como las provocadas por la modificación de la ley del aborto o el reconocimiento del matrimonio homosexual.
La prioridad que el Gobierno concede a las medidas económicas hace casi imposible que cumpla la resolución que el pleno del Congreso aprobó el pasado mes de mayo, en la que le instaba a presentar antes de que acabara este período de sesiones (en julio) el anteproyecto de reforma de la ley orgánica de libertad religiosa.
La actual ley data de hace treinta años y el Gobierno quiere adaptarla a la realidad de las diferentes confesiones religiosas que conviven en el país. Hace dos meses, el Gobierno ya tenía prácticamente ultimado el texto. Según avanzaron entonces fuentes del Ejecutivo, que ha garantizado que no se tocará el Concordato que regula las relaciones con la Santa Sede, la reforma establecerá garantías para la libertad de conciencia y actualizará los acuerdos con las diferentes confesiones, definiendo los derechos de quienes las profesan.