La conversación captada por un micrófono abierto muestra que no está dispuesta a dejar las manos libres a Rato
30 ene 2010 . Actualizado a las 02:00 h.«Yo creo que nosotros hemos tenido la inmensa suerte de darle un puesto a IU quitándoselo al hijoputa». Esta frase pronunciada ayer por Esperanza Aguirre sin percatarse de que un micrófono estaba abierto se enmarca en la batalla política en Caja Madrid y pone más de manifiesto que nunca el nivel al que ha llegado el enfrentamiento con su eterno adversario Alberto Ruiz-Gallardón.
Además, la conversación privada que mantuvo con su mano derecha, Ignacio González, que pudieron escuchar y grabar los periodistas, deja claro que la presidenta madrileña no está dispuesta a dejar las manos libres a Rodrigo Rato, que fue nombrado presidente de la cuarta entidad financiera española el día anterior. Todo esto sucedía solo tres días después de que Mariano Rajoy confirmara a Aguirre y a Gallardón como candidatos en el 2011, los elogiara y les pidiera inteligencia.
¿A quién iba dirigido el grave insulto? En un primer momento, todo apuntaba al alcalde de Madrid como destinatario, pero también podría referirse a Fernando Serrano, en todo caso un hombre de confianza de Gallardón. Este funcionario del ayuntamiento lideró hace un año la oposición a la Ley de Cajas de Aguirre, que recortaba la cuota de poder municipal en la entidad. Serrano desbancó al aguirrista Pablo Abejas de la presidencia de la importante comisión de control de la caja y desde ese puesto tomó partido en contra de Aguirre, que lo expedientó.
Ajuste de cuentas
Ahora, un año después, lo ha dejado fuera de la comisión, argumentando que el expediente abierto le cerraba el paso, con lo que la vacante quedaba para el otro candidato, Rubén Cruz, de Izquierda Unida. De esta forma eliminaba al último leal a Gallardón dentro de ese órgano clave.
En la conversación filtrada ayer, la presidenta interroga a su vicepresidente, Ignacio González, sobre los cambios en el consejo de administración y la comisión de control de Caja Madrid tras el nombramiento de Rato como presidente y hace recuento de sus fieles. Afirma que cierta información la había dejado «de una pieza», se lamenta de la caída en desgracia de uno de sus hombres, Estanislao Rodríguez Ponga, al que llama «Estanis» y que hasta el jueves era vicepresidente de Caja Madrid, cargo para el que Rato eligió al ex secretario de Estado José Manuel Fernández Norniella, un hombre de su máxima confianza.
En un momento dado, Aguirre plantea claramente a González: «O sea, que nosotros, ¿qué arma tenemos?». A lo que replica su número dos: «¿En la caja?». «Contra él», responde ella. Asimismo, se vanagloria de haber nombrado a los empresarios Carmen Cafranga, Arturo Fernández y Javier López para el consejo de administración.
La presidenta dijo que el improperio no iba dirigido a Gallardón, sino a un consejero cuyo nombre no recordaba en ese momento y del cual señaló que no dudaba que sea un «santo y su madre también». Pidió disculpas y señaló que «las conversaciones, cuando son particulares y privadas, son letales y no hay nadie que resista la transcripción literal de una conversación privada», añadió.