Francia dará todo su apoyo a España en su próxima presidencia de la Unión europea. Así lo prometió el presidente francés Nicolas Sarkozy a su homólogo español José Luis Rodríguez Zapatero, tras reunirse ayer durante casi dos horas en el palacio del Elíseo, una reunión que forma parte de la ronda establecida por España para preparar su presidencia europea. Al encuentro asistieron además los ministros de Asuntos Exteriores de ambos países, Miguel Ángel Moratinos y Bernard Kouchner.
La sintonía entre ambos líderes «es total», según proclamaron ambos tras el encuentro, en el que el tema del cambio climático fue prioritario. Al respecto, el presidente español aseguró que le parece «interesante» la llamada «tasa carbono» con la que Sarkozy quiere gravar fiscalmente las emisiones contaminantes. «Es una iniciativa a tener en cuenta», dijo Zapatero, ya que esto podría abrir el camino a «nuevas figuras tributarias en todos los países», aunque no quiso especificar si su Gobierno está dispuesto a implementar la medida propuesta por Sarkozy, y que supone que tanto las familias como las empresas paguen 17 euros por tonelada de CO2 emitido, lo que supone gravar las tasas sobre el gas, la gasolina y los hidrocarburos. «La fiscalidad verde es uno de los campos en el que la mayoría de los países desarrollados están trabajando», aseguró Zapatero.
Además, ambos gobernantes se comprometieron a que España y Francia trabajarán juntas para hacer que la conferencia sobre el cambio climático que se celebrará en Copenhague en diciembre de este año sea «un éxito».
Rigidez y severidad
En el plano económico, y a solo dos semanas de la cumbre del G-20 en Pittsburgh, Sarkozy y Zapatero dejaron constancia de su «voluntad común de crear un nuevo mundo y ser especialmente rígidos y severos con las retribuciones y los bonus» que la crisis no ha conseguido erradicar del sistema financiero mundial.
«Queremos una Europa unida que funcione con eficacia y con mayor rapidez», aseguró el presidente español, tras agradecer a Sarkozy su «total apoyo» de cara a la presidencia de la Unión que España asumirá el 1 de enero del próximo año.
«Queremos una Europa política que afirme su voluntad y defienda sus valores», dijo el presidente galo en plena «convergencia» con su «amigo con el que trabaja muy bien», aseguró, y a quien a su vez quiso «reiterar su público agradecimiento por «esa colaboración perfecta en la lucha contra el terrorismo». De esta manera el líder francés hizo una clara alusión a la lucha contra la banda terrorista ETA que libran en conjunto las fuerzas de seguridad de ambos Estados, y que ha supuesto importantes detenciones en los últimos meses.