El Ejecutivo confía en remontar la crisis antes de asumir la presidencia de la UE en el 2010

A. Torices

ESPAÑA

28 dic 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

El presidente José Luis Rodríguez Zapatero reconoció ayer, en declaraciones a la televisión del PSOE en Internet, que la recesión económica pondrá el año que viene «a prueba» al Gobierno, ya que será «un reto serio» para el Ejecutivo y para todo el país. Dijo que el desafío será que «funcionen» todos los planes diseñados para generar empleo y revitalizar la actividad económica, que «hay que gestionar con eficacia». No obstante, apostó porque España saldrá de la crisis y, además, lo hará a través de una apuesta decidida por el aumento de la inversión y el fortalecimiento del Estado social.

Indicó que «aunque la crisis es fuerte, y aún nos quedan momentos duros en los próximos tres o cuatro meses, España saldrá de ella hacia el final del 2009». Calculó que, «dentro de un año, el tono vital del país será mejor, porque estaremos viendo ya cómo tocamos la recuperación económica con las manos».

El otro tema ajeno a la crisis que ocupará la agenda del Ejecutivo el próximo año son los preparativos para asumir en el primer semestre del 2010 la Presidencia de la Unión Europea. Rodríguez Zapatero apostó por demostrar a la UE la capacidad de un país «moderno» y «europeísta» y por impulsar «las políticas sociales y de extensión de derechos de ciudadanía que, en estos momentos, marcan las señas de identidad de España en el mundo».

Eficacia antiterrorista

No obstante, se mostró convencido de que si algún asunto va a compartir protagonismo en el 2009 con la lucha contra la recesión económica será la eficacia del Estado en la pelea para lograr el fin del terrorismo etarra. El jefe del Gobierno está seguro de que el trabajo conjunto de policías, jueces y partidos políticos, bajo la dirección del Ejecutivo, y la fortaleza de la cooperación internacional, especialmente con Francia, van a seguir siendo una fuente de alegrías.

El objetivo que se ha impuesto el Gobierno para el próximo año es «reducir aún más la capacidad operativa de ETA», al tiempo que «aísla todavía más a la violencia y todo lo negativo que tiene para la sociedad vasca y el conjunto de España».