Un cayuco llega a Canarias con 13 cadáveres tras doce días a la deriva

José Moreno

ESPAÑA

Otro cuerpo sin vida apareció flotando, lo que hace sospechar que el número de víctimas es más alto

04 sep 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Al menos 14 muertos y 46 supervivientes es el balance de una nueva tragedia a bordo de un cayuco que llegó ayer a la costa del municipio grancanario de Arguineguín. Los inmigrantes subsaharianos habían partido hace dos semanas del sur de Mauritania y llevaban 12 días a la deriva en alta mar por la avería del motor. Un barco del Servicio de Vigilancia Aduanera avistó la embarcación en torno a las 8.30 horas a unas dos millas de la costa. El cayuco llegó con las primeras luces al puerto de Arguineguín.

La primera inspección ocular de miembros de la Guardia Civil y la Cruz Roja permitió comprobar que en el fondo de la embarcación había 13 cuerpos sin vida. Poco después, Vigilancia Aduanera descubrió otro flotando en el mar. Este hallazgo llevó a la Guardia Civil a sospechar que los supervivientes arrojaron a más fallecidos por la borda, extremo que no ha podido ser confirmado por ahora en los interrogatorios a los supervivientes.

Según el relato de los que llegaron con vida, una avería del motor a los tres días de salir de algún punto del sur del litoral mauritano dejó el cayuco a la deriva, y una travesía que en condiciones normales dura entre siete y ocho días se prolongó hasta los 16, sin comida ni bebida a bordo. Algunos subsaharianos, desesperados por la sed, comenzaron a beber agua de mar que ocasionaron fallos multiorgánicos. Los médicos creen que la ingesta de agua salada es la principal causa de los fallecimientos, aunque habrá que esperar a conocer los datos que arrojen las autopsias que se practican en el Instituto Anatómico Forense.

Siete de los supervivientes con hipotermia y deshidratación leve fueron trasladados a centros sanitarios. El resto de los inmigrantes se encuentran en buen estado, si se tiene en cuenta las malas condiciones del viaje. La mayoría presentaban roces y quemaduras por el sol. Tras llegar a puerto, los subsaharianos recibieron ropa y alimentos de la Cruz Roja y pasaron a prestar declaración en la comisaría de policía de Maspalomas.

Un portavoz de la Cruz Roja comentó que «todos estaban deseando bajarse del cayuco y muy cansados» por la incomodidad de una travesía que se había prolongado mucho más de lo previsto, y porque «han visto morir a tantos compañeros en una situación que tuvo que ser terrible». Entre los ocupantes de la barca había dos mujeres, y, al parecer, no hay menores.

El presidente del Gobierno canario, Paulino Rivero, abogó por «articular medidas que permitan ayudar a los subsaharianos en sus lugares de origen y así evitar el drama de lo que significa el mar y las muertes que se están produciendo». Rivero constató que «están llegando menos cayucos, pero hay más muertes, porque arriesgan más su vida».

La delegada del Gobierno en Canarias, Carolina Darias, subrayó que los inmigrantes habían tenido una «travesía muy dura», y añadió que espera las declaraciones ante la policía para conocer con precisión lo que pasó a bordo del cayuco en los 15 días de travesía.