No tienen cargos ejecutivos, pero conservan prestigio y, sobre todo, son influyentes. Tras una temporada en silencio, Fraga se pronuncia con rotundidad. Primero dijo, para disgusto de Rajoy, que había que empezar a pensar en el relevo. Y después, que el congreso no debe ser «a la búlgara». Fraga es el principal valedor de Gallardón, al que apoya como secretario general. Aznar está mucho más alejado del partido. Parece claro que no comulga con el giro de Rajoy hacia el consenso con el PSOE y con la idea de que el PP se haga más simpático a los nacionalistas. Por ello no dice una palabra a favor de Rajoy, pese a que fue quien lo nombró. Cascos no tiene seguidores propios en el PP, pero su opinión es muy respetada precisamente porque habla sin ataduras y sin aspiraciones personales. No tiene buena relación con Arenas y tampoco especial relación con Rajoy, al que reprocha no hacer un análisis realista de la derrota. Rato es en este momento una de las claves del partido. Se le supone más próximo a Aguirre que a Rajoy, con el que apenas se habla. Tiene a muchos de sus hombres bien colocados en el Congreso -Montoro, Costa- y ya hay voces que lo citan como una alternativa en el congreso del 2011 a un Rajoy desgastado y a una Aguirre sin apoyo suficiente.