El Pacto de Toledo no logra fijar la nueva edad de jubilación ni los años para calcular la pensión

Alejandro Posilio MADRID/LA VOZ.

ECONOMÍA

PSOE, PP, CiU y PNV apoyan un texto con 21 propuestas que no concreta los años para calcular la pensión

30 dic 2010 . Actualizado a las 10:32 h.

La comisión de seguimiento del Pacto de Toledo en el Congreso aprobó ayer, por 36 votos a favor y dos en contra, las recomendaciones al Gobierno para reformar el sistema de pensiones. Entre estas no se incluye la necesidad de elevar la edad de jubilación, como pretende el Gobierno de 65 a 67 años. Sin embargo, sí figura la sugerencia de incrementar los años cotizados sobre los que calcular la pensión, hoy en 15, aunque sigue sin concretarse el número.

Por primera vez en la historia del Pacto de Toledo, las 21 recomendaciones acordadas no tienen la unanimidad de sus integrantes, puesto que la izquierda (IU-ICV, ERC y BNG) votó en contra. Estos aseguraron que lo acordado es tan «abierto e inconcreto» que permite al Ejecutivo asestar un «hachazo» al sistema público de pensiones, al atrasar la jubilación y ampliar el período de cálculo.

El texto deja constancia de que no «se ha alcanzado acuerdo alguno» sobre la edad de jubilación. Pero sí expresa que «la prolongación de la vida laboral» es «un objetivo necesario y deseable» y que es «amplio el conjunto de medidas» en este sentido que permiten incrementar la sostenibilidad del sistema.

El documento aprobado por la Comisión se debatirá en el Pleno del Congreso, previsiblemente el 25 de enero, puesto que el 28 es la fecha tope del Gobierno para aprobar la reforma de las pensiones. Antes, el Ejecutivo negociará con PNV y CiU con la idea de acometer una reforma ambiciosa del sistema, que plasmará en un proyecto de ley que también deberá debatirse y aprobarse en el Parlamento. Sin embargo, ninguno de los dos partidos nacionalistas ha dicho aún si apoyaría esa propuesta de ampliación de la edad.

El documento muestra el rechazo de la mayoría de los partidos a congelar las pensiones contributivas en el 2011. También propone facilitar la jubilación a los 65 años a quienes hayan cotizado durante muchos años o hayan trabajado en oficios penosos. Asimismo, se aboga por mejorar las prestaciones de viudedad a los mayores de 65 años, sin rentas y a cambio de revisar otras beneficiarias, y por modificar los tipos de contratación para los que trabajan en negocios familiares y no hayan generado derechos de pensión adecuados.

Aunque la mayoría de los grupos mostraron ayer su temor a que el Gobierno acabe legislando en contra de estas recomendaciones, la principales críticas llegaron desde la izquierda. Así, el portavoz de IU, Gaspar Llamazares, denunció que el Ejecutivo «mira hacia los mercados y no hacia los ciudadanos», con una reforma que, a su juicio, desprende mucho olor «al estilo Sarkozy». Por Esquerra Joan Tardá confió en que la movilización ciudadana en contra de la reforma «sea atendida por el Gobierno». Y la representante del BNG, Olaia Fernández, lamentó que la reforma se vaya a hacer «por las exigencias de un mercado al que medio mundo trata de ponerle cara y voz».

Más suaves estuvieron los grupos que votaron a favor del documento. Desde CiU se señaló que las recomendaciones apuestan por dar estabilidad y seguridad a los pensionistas de hoy y del futuro. Y en el PP, Tomás Burgos pidió al Gobierno que respete el documento aprobado y que rectifique su idea de ampliar la edad de jubilación. Por eso, anunció un voto particular en el Congreso para mantener la jubilación a los 65 años.