«Lo triste es lo bien que les ha ido a los bancos de EE.UU. pese al dolor que han causado en el mundo»

Enrique Clemente Navarro
E. Clemente MADRID/LA VOZ.

ECONOMÍA

16 may 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Joseph Stiglitz acaba de publicar en España Caída libre. El libre mercado y el hundimiento de la economía mundial (Taurus), un demoledor análisis crítico del fundamentalismo del mercado, la desregulación financiera y el nefasto papel que jugaron en la crisis los bancos estadounidenses, a los que no ahorra invectivas -denuncia su «depravación moral», su «falta de escrúpulos» y su «atraco a mano armada»- y responsabiliza directamente de provocar la Gran Recesión.

En el último capítulo de esta obra compara la crisis con la experiencia de una persona que ha estado al borde de la muerte, lo que le hace replantearse sus prioridades y valores. Del mismo modo, dice, el cataclismo del 2008 debería haber servido para revisar no solo el modelo económico, sino también las bases sobre las que se asienta la sociedad. Pero dos años después no se ha avanzado casi nada y la regulación de los mercados y de los bancos sigue siendo una quimera. «Parece como si no hubiéramos aprendido nada», se queja.

Calificado hace un año por el semanario Newsweek como «el hombre más incomprendido de América», porque no se tenían en cuenta sus propuestas y pocos ciudadanos lo conocen, está considerado una superestrella, un oráculo moderno en Asia y Europa; y sus obras son las más citadas por los economistas de todo el mundo, según un estudio de la Universidad de Connecticut. «Ahora me prestan más atención que nunca en mi país», apunta. La izquierda y la derecha se rifan sus consejos, por lo que es sabio de cabecera de Zapatero y asesoró a Sarkozy.

-Es muy crítico con los bancos estadounidenses, a los que responsabiliza de la crisis. ¿Están pagando los ciudadanos griegos y españoles sus excesos?

-Es cierto, esa es la más triste de las ironías. A los bancos les dimos un cheque en blanco para salvarlos y les ha ido bien a pesar de todo el dolor que han causado en el resto del mundo. Ahora se ayuda a Grecia, pero poniéndole condiciones muy duras que tienen un alto coste social para muchas personas. Esta es una razones por las que existe una demanda tan fuerte en favor de reformar nuestro sector financiero. Lo que ha pasado es inaceptable.

-Fue uno de los pocos economistas que previó la crisis. ¿Cómo cree que será la salida? ¿En forma de L o de W?

-Más bien la veo en forma de raíz cuadrada, con una larga línea horizontal y pequeñas subidas y bajadas. Varios países ya han salido técnicamente de la recesión, pero la cuestión clave es cuándo se recuperará todo el empleo perdido. Creo que el paro no comenzará a reducirse significativamente, tanto en Estados Unidos como en Europa, hasta el 2015 y creo que estoy siendo bastante optimista.

-¿Existe riesgo de recaída?

-Nos hemos salvado de caer en el precipicio, pero sí, hay riesgo de que se produzca una recaída, especialmente si se adoptan medidas de excesiva austeridad. Creo que salir de la crisis va a ser muy difícil y no sucederá rápidamente.

-Cuando empezó la crisis se habló de refundar el capitalismo, pero la impresión es que no se ha hecho casi nada.

-En EE.?UU. nunca se planteó esta cuestión como en Europa, porque no se consideró que la crisis había puesto de manifiesto el fracaso de un cierto modelo de capitalismo. Utilizando un símil, se vio como un atasco en las cañerías del edificio que tenía que arreglar el fontanero.

-Tampoco se ha hecho mucho para regular los mercados.

-Creo que los mercados financieros tienen un papel importante que desarrollar en la economía, pero en Estados Unidos y en cierta medida en Europa no cumplieron su función esencial. Los mercados son la base de cualquier economía próspera, pero no funcionan bien por sí solos. Yo estoy en la línea de Keynes y pienso que los Gobiernos tienen que intervenir y fijar las reglas. Hay que restablecer el equilibrio entre el papel de los mercados y el del Estado, que se rompió hace 25 años. Para mí, la Gran Recesión del 2008 fue el resultado inevitable de las políticas de una forma de capitalismo que se impuso en Estados Unidos, basado en el fundamentalismo de mercado y el individualismo feroz. Es necesario un cambio fundamental en el modo de funcionamiento del sector financiero. Desgraciadamente lo que estamos viendo son reformas insuficientes. No se ha tomado el camino adecuado y seguimos con un capitalismo que socializa las pérdidas y privatiza las ganancias.

-También ha sido crítico con Obama, al que apoyó como candidato presidencial ya en el 2007, pero que le ha decepcionado por no haber hecho demasiado en ese sentido.

-Sí. Creo que ha hecho demasiado poco, pero en todo caso mucho más de lo que hizo Bush, así que en ese sentido lo alabo. Lo que le crítico no es solo que haya hecho demasiado poco para cambiar una forma de capitalismo que nos llevó al desastre, sino también que parte de lo que ha hecho es ayudar más a los bancos que a la economía. Está demasiado próximo a Wall Street y ha elegido un equipo para luchar contra la recesión que no tiene la necesaria distancia con quienes la provocaron.