La industria dice que la madera cuesta en Galicia un 70% más que en Chile

ECONOMÍA

12 dic 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

El bosque gallego, infrautilizado y lastrado por el minifundio de la propiedad, es incapaz de proveer de materia prima a precios competitivos a las industrias autóctonas. Galicia podría ser una potencia en gestión forestal, pero las firmas de transformación -Finsa, Tablicia, Ence, Tafisa, Losán-han lanzado la voz de alarma y ya han anunciado que, a lo largo del 2010, la importación de madera foránea crecerá un 40%. «La situación del mercado internacional y los precios del mercado local hacen que la importación sea necesaria para las industrias transformadoras», precisa Adriano Rego, director de Relaciones.

En Galicia, el precio de la madera en fábrica es mayor que en otros países como Brasil, Nueva Zelanda o Finlandia. Y los troncos de eucalipto para pasta de papel que se producen en esta comunidad son de los más caros del mundo. Según señala un estudio del Grupo AF4 de la Universidade de Vigo, los propietarios de madera de eucalipto cobran el doble que los de Brasil y hasta un 70% más que los de Chile. La explicación a esta brecha tan brutal -que según las industrias compromete su viabilidad y les obliga a importar- se halla en la estructura de la propiedad del monte. Las parcelas son pequeñas y dispersas, y los costes de transportar la madera se disparan, lo que repercute en el precio final de la materia prima.

Casi 700.00 propietarios

Los últimos datos hechos públicos por Monte Industria, la patronal que agrupa a industrias de primera transformación, en Galicia existen 672.000 propietarios, con terrenos de un tamaño medio inferior a una hectárea. A esto se suma que ocho de cada diez propiedades son menores a media hectárea, lo que dificulta considerablemente su gestión y aprovechamiento. «Nosotros ya llevamos muchos años advirtiendo a los poderes públicos que es necesario invertir decididamente en el monte; pero no para las empresas sino para toda la cadena de valor», recuerda Juan Picos, gerente de Monte Industria. En 1992, con el respaldo de todos los grupos parlamentarios, la Cámara gallega aprobó el Plan Forestal de Galicia, con una vigencia de 40 años, y en el que se preveía una inversión anual equivalente al 3% del presupuesto autonómico. Desde entonces hasta ahora, ininterrumpidamente, los poderes públicos lo han incumplido.

Improductivo

El resultado es que en la comunidad gallega hay ahora un tercio de bosque que es improductivo para las industrias, lo que afecta a toda la cadena de valor. Desde el origen, donde la gestión forestal no está sirviendo para generar valor y fijar población en el rural, hasta el resto de los eslabones, que se ven obligados a recurrir a la materia prima foránea en una comunidad llena de monte. En la comunidad gallega existen ahora 700.000 hectáreas deficientemente arboladas, de las que 350.000 podrían ser objeto de una reforestación. Según las madereras, este escenario impide incrementar los volúmenes de corta en el futuro y ha puesto en riesgo la competitividad de la industria transformadora, de la que dependen miles de puestos de trabajo y cuya facturación ronda los 2.500 millones de euros.

Durante la pasada legislatura, con el objetivo de acabar con las consecuencias del minifundismo en el monte, el bipartito puso en marcha las Unidades de Xestión Forestal (Uxfor).

El nuevo Ejecutivo de Feijoo está negociando con Madrid el desarrollo de una nueva figura societaria -prevista en la ley de montes- para que el reagrupamiento y gestión de parcelas disponga de exenciones fiscales. Según cálculos del propio sector, la reordenación de todo el monte gallego costaría unos 3.000 millones de euros.